El periodista, ex combatiente y ex titular del Museo Malvinas comentó el emotivo momento que vivió con su hijo Facundo en las Islas Malvinas a las que visitó días atrás. En Mañana Sylvestre, Esteban dio detalles de la experiencia que llevaron a cabo padre e hijo, dos generaciones unidas por la historia, el dolor y la esperanza.
“Facu tiene casi la misma edad que yo tenía cuando estuve acá en el ’82. Para él fue muy movilizante”, contó el ex combatiente y reconocido periodista Edgardo Esteban en diálogo con Gustavo Sylvestre en Radio 10 sobre su regreso a las islas del Atlántico Sur tras más de 40 años de su participación en la guerra.
Esteban reconoció que este viaje fue mucho más que un regreso geográfico: fue un viaje introspectivo, plagado de recuerdos, de valores y de sensibilidad. “Encontré a mi hijo, y creo que él también encontró a su padre. Entendió muchas cosas de esa mochila que cargo desde hace más de 40 años y que va a perdurar para siempre”, explicó.
El viaje surgió en el marco de un proyecto más amplio. Esteban está escribiendo dos libros, uno de ellos parte de su tesis doctoral sobre la “malvinización y desmalvinización” de la sociedad argentina. Pero la visita a las islas no era un plan en solitario: “Yo no iba a volver si no era con mis hijos o con María, mi compañera. Los afectos fueron fundamentales”, subrayó.
Facundo, por su parte, también habló con Sylvestre. Contó que recorrió la costa al amanecer, que sintió el frío atravesar los huesos, y que leer el libro de su padre mientras camina por los mismos lugares que él combatió, le abrió un mundo desconocido. “Muchísimo más claro, muchísimo más. Le pregunté el otro día: ‘¿Cómo hicieron para sobrevivir?’”.
Durante el viaje, padre e hijo visitaron trincheras, pozos de zorro, y hasta se metieron en el mar. “Era una promesa. Yo me metí hasta las rodillas, pero Facu me dijo ‘no, es hasta la cabeza’… Así que nos metimos con cinco grados bajo cero”, recordó entre risas. Luego, agregó: “Meterse en el mar fue como un acto de soberanía. Yo lo llamo ‘soberanizar’. No es solo territorial: es cultural, educativa, económica”.
El relato de Edgardo también se tornó político y reflexivo. Denunció el vaciamiento económico de la región y la explotación británica de los recursos. “Solo por la pesca del calamar, del ’83 al 2021 se recaudaron 187.000 millones de dólares. No se trata solo del conflicto bélico, sino del futuro del país”.
En medio de esos paisajes tan marcados por la historia, Facundo empezó a comprender. “Es tremendo lo que vivieron. Hoy entiendo mucho más. Revivir todo eso, pero también transformar el dolor, ha sido increíble”, dijo.
La entrevista finalizó con un llamado de Edgardo a no olvidar, a sostener la memoria activa: “Pueden pasar 5, 50, 500 años, pero no podemos claudicar el sueño de ver nuestra bandera flamear acá”.