No hay dudas en La Rosada sobre que Cristina Kirchner irá por la reelección, y el puntapié inicial podría darse en la reunión del Consejo Nacional del Partido Justicialista. Lo que se buscaría con esa convocatoria es ir alineando a todo el Partido e iniciar el proceso para convalidar su candidatura, que sería proclamada por el Congreso Nacional del justicialismo. Y en ese contexto, el duro discurso pronunciado por la presidenta en José C. Paz en el que cargó contra propios y extraños, pero más sobre los propios, tuvo como objetivo poner blanco sobre negro las cosas.
La Presidenta venía de Santa Cruz donde el conflicto petrolero se vive con mucha intensidad y preocupación; la semana anterior se había vivido la amenaza del hijo de Moyano de bloquear las refinerías en la provincia; y tras cartón Viviani sale a proclamar a los cuatro vientos la candidatura de Massa originando debates innecesarios en este momento en la Provincia. Estos hechos se traducen en un cuestionamiento al liderazgo del camionero en la CGT. Hay, además, una mirada crítica de la Presidenta hacia el funcionamiento de Aerolíneas Argentinas. Estos hechos fueron los que motivaron, en parte, el discurso pronunciado. La Presidenta quiso marcar la cancha y poner los límites de su candidatura, como también señalar que será ella la que determine quienes integrarán las listas de candidatos a diputados nacionales.