InicioActualidadLa Columna de Pepe...

La Columna de Pepe Mujica: «Los dioses no nos van a regalar la prosperidad, todo depende de nosotros mismos»

En su columna de opinión en Mañana Sylvestre, el ex presidente del Uruguay habló de los problemas de natalidad que sufre el país vecino de cara al recambio generacional del futuro próximo, y llamó a darle exclusiva «prioridad»  a la solución de este problema social.

Aquí la transcripción completa de la charla entre el ex mandatario oriental y figura del Frente Amplio uruguayo, José «Pepe» Mujica y Gustavo Sylvestre en el aire de Radio 10, correspondiente al jueves 25 de abril de 2024.

GS: Es bueno recuperar a nuestro querido ex presidente de la República Oriental del Uruguay, columnista de lujo de este programa en el que todos los jueves nos deja sus reflexiones,  José «Pepe» Mujica.Muy buen día Pepe, gustazo de saludarlo.

PM: Buenos días, un gusto saludarlos a la distancia. Por la prensa hemos visto las fotos de las diversas manifestaciones en estos días, de apoyo a la enseñanza en la Argentina. Es reconfortante la actitud del pueblo argentino. Tu sabes que nosotros estamos como país en un proceso electoral que arranca, y tenemos una discusión nacional importante porque fijate tu, la natalidad en Uruguay es muy baja en los sectores medios de la sociedad frente a la inmensa mayoría, y es muy baja en lo que podríamos llamar los sectores acomodados. Nosotros tenemos estadísticamente más o menos un 9% de gente en la pobreza y hay un margen de gente en la indigencia. Y es precisamente en la pobreza y en la indigencia en donde hay una natalidad relativamente alta y en el resto de la sociedad -la inmensa mayoría- es bajísima, yo diría negativa. ¿Y qué nos pasa? Nos pasa que dentro de 20 años mirando, mirando hacia adelante, los chiquilines y las chicas que se crían en la pobreza le van a poner el tono en lo que va a ser la juventud del futuro, y tenemos que dar una batalla ahora, no mañana, incluso ya es tarde. ¿Y por qué es hoy y no mañana? Los pueblos a veces pierden la memoria de sí mismos. Hace pocos días llegaron por mi casa un par de doctoras peruanas y me contaban que en el viejo imperio inca cuando se constituía una pareja la reforzaban con raciones de pescado, etc, y lo comía la mujer porque ya sabían lo que iba a pasar, obviamente. Hoy sabemos científicamente que los dos primeros años desde el vientre de la madre lo que pierde una criatura nunca más lo recupera aunque tenga todo. Quiere decir que las sociedades… esto es como una horticultura, si no arrancás con un buen almácigo.. está frito. La batalla contra la pobreza infantil no es solo una cuestión de solidaridad, es una cuestión de conveniencia en el largo plazo, porque si no, vamos a pagar las consecuencias biológicas, medicinales y sociales que eso impone, entonces algunos economistas dicen.. ante estos problemas usamos US$300 millones o US$400 millones por año. Hasta ahí estamos de acuerdo, pero no puede ser un pretexto, esto hay que priorizarlo. La sociedad entera tiene que entender esto, porque no sabemos si la economía crece, a la economía hay que hacerla crecer, estamos de acuerdo, pero no puede ser un pretexto porque este problema no puede esperar, tenemos que enfrentarlo, y darle prioridad. Y si tenemos que sacrificar alguna cosa del consumo y de la sociedad acomodada hay que entenderlo. Estamos en esa discusión, por algo que es un peligro en las sociedades modernas, el órgano más importante no es el corazón, es el bolsillo. Nos hemos puesto egoístas. Nuestros antepasados, los que nos dieron patria si tuvieran un corazón tan jodido como tenemos los contemporáneos, los modernos, los metidos en una sociedad consumista, lo hubieran hecho los sacrificios que hicieron para darnos libertad. Pero así. Convengamos que hay una debilidad moral de las sociedades contemporáneas, que tienen muchos recursos pero no pueden repartir ante una cruda necesidad. Nosotros no estamos tan mal, somos un pequeño país pero muy rico en medios naturales, productores de comida, y tenemos esas contradicciones. No podemos bajar los brazos. ¿Por qué les digo esto queridos argentinos? No por consuelo. Nada va a mejorar si no entendemos que dependemos de nosotros mismos y depender de nosotros mismos significa entender colectivamente ciertas prioridades, y luchas para superarlas, porque no vendrán del cielo las fuerzas poderosas que nos ayudarán, vendrán de las entrañas de nosotros mismos, de nuestra propia capacidad de dar, de nuestro compromiso. Los dioses no nos van a regalar la prosperidad. Esta depende de nosotros mismos, organizados colectivamente. Hasta siempre querido.

GS: Abrazo enorme, Pepe. Gracias por las reflexiones y sobre todo este final que cierra perfecto para esta semana que hemos vivido en la Argentina.

 

Te puede interesar