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La Columna de Pepe Mujica: «Voy a seguir luchando por mi vida, y la vida de mi pueblo»

El ex mandatario oriental en su espacio de reflexión filosófica y política de los días jueves en Mañana Sylvestre resaltó que mantendrá en alto sus valores y su compromiso con su gente tras revelarse que el tumor que padece en el esófago.

Aquí la transcripción completa de la conversación entre Gustavo Sylvestre y el ex presidente del Uruguay, José «Pepe» Mujica correspondiente al jueves 2 de mayo de 2024, donde agradeció los mensajes de apoyo recibidos tras conocerse la dura enfermedad que padece. 

GS: Vamos al encuentro del ex presidente de la República Oriental del Uruguay, José «Pepe» Mujica, que nos has tenido preocupados por estos días, a las argentinas y argentinos e imagino los llamados telefónicos que has tenido. Buenos días.

PM: Buenos días, un gusto saludarlos y a través de ustedes saludar a todo el pueblo argentino que es parte de mi pueblo, porque tu sabes que es lindo ser oriental, y voy a utilizar términos viejos, oriental por vivir al oriente del río y con este sentido de que componemos una comunidad de pueblos que tienen un arranque histórico común, una lengua y unas tradiciones comunes. Y en cada uno de los rincones hay una cultura, y eso es una cosa especial para mi querido paisito porque hoy rrecibí el llamado de gente de la más diversa, incluso de duros rivales políticos a lo largo de los años. No obstante parece que es una especie de tradición cultural y me estaba acordando que en 1904 cuando murió Saravía, un caudillo legendario de unas de las grandes corrientes políticas de este país y entonces apareció una multitud fervorosa del partidarios del Partido Colorado fue a la casa de gobierno del entonces presidente José Batlle y Ordoñez festejando porque había muerto el caudillo de enfrente, y aquel presidente les dijo: «no hay nada que festejar, ha muerto un oriental». Varias veces se ha repetido esto, parece que es un componente subjetivo y cultural de nuestras tradiciones, y está enfrentado por tener diferencias pero sin embargo, tener altura en los momentos dramáticos por los que tienen que vivir nuestros adversarios. Y recordaba haber concurrido a sepelios de gente importante de los partidos tradicionales. Fui al sepelio de la madre del presidente Jorge Batlle, y fui al sepelio de Jorge Batlle y de varios políticos importantes, de la juventud política del Uruguay, y de un diputado con el que tuvimos durísimos enfrentamientos. Me acuerdo que tenía flores en mi casa, corté un pedazo y las llevé a su despedida. Entonces, mis compatriotas me están pagando con la misma moneda y esto es muy interesante porque a pesar de las discrepancias y de las tonalidades altisonantes de la lucha política, de todas maneras, podamos hacer un alto, saludarnos. Y creo que esto ayuda a la convivencia de nuestra comunidad. Y agradecer a muchos, que son tantos que no puedo nombrar en este continente, que me llamaron, me retaron, me ofrecieron, en fin, aunque parezca mentira me entero que la embajada norteamericana llegó a la mesa del jefe del sanatorio donde me están tratando. Yo no soy pajuerano, ni localista, pero mientras pueda sé que me voy a quedar dentro del pago, pero les agradezco de todo corazón lo que me han ofrecido. Y te comunicar algo que tal vez obtuve del pasado. En esta era de la época telefónica, montones de gurises se han comunicado para pelearse en una esquina, hombres y mujeres. Armaron un batuque bárbaro, y si se pregunta por qué se desafía a pelear no podés encontrar ninguna causa real. Una especie de rebeldía sin causa. Escuché sentir a un hombre trabajando que protestaba y vimos a 5 o 6 millones festejar el fútbol. Y ahora nos están matando de hambre y nos mantenemos rezongando en las esquinas. Esta rebeldía sin causa parece que es una enfermedad contemporánea. ¿Qué nos estará pasando? Los gurises que a los 16 o 17 años se llaman por teléfono y se enfrentan en esquina a piñazos por nada, para ver quién es más guapo inútilmente, y habiendo cada causa hermosa para preocuparse en el mundo surge esta especie de rebeldía sin causa social, y no la podemos encauzar esa rebeldía juvenil en interés más humano. Estamos fallando los abuelos me parece, no nos comunicamos con las nuevas generaciones, estamos incomunicados. Algo está pasando. Es como si tuviéramos un fantástico progreso tecnológico y un fantástico retroceso de conductas colectiva asociada, para juntarnos y podernos defender en barra como corresponde, porque los seres humanos somos animales gregarios. No hay solución desde lo individual, las soluciones siempre son colectivas, de hombro con hombro, nadie se salva solo. Pero parece que esta perspectiva de intereses gregarios de nuestra especie está diluida en el individualismo contemporáneo. Hay un problema que estará pasando en nuestro ser social y en nuestra comunidad, porque nunca tuvimos tantas cosas y nunca fuimos tan poca cosa desde el punto de vista colectivo como sociedad. No es la hora de los hornos, será acaso la hora de que nos cocinen a fuego lento. Me quiero hacer esta pregunta para que la gente la piense, porque el hombre tu sabes, responsabiliza al otro, porque la culpa no es del chancho sino del que le rasca el lomo. Hasta siempre querido, y voy a seguir luchando por mi vida, y la vida de mi pueblo que es uno de los pueblos de nuestra rica potencial América, Porque somos del sur, y en el sur estamos. Hasta siempre.

GS: Abrazo enorme, Pepe querido, hasta el próximo jueves, y gracias por la fortaleza.

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