A pesar de que logró en las primarias lo que todos sus competidores deseaban, no está contento. Las perspectivas para el 23 de octubre lo preocupan y encima tiene problemas para reunir a su tropa. Así las cosas, Ricardo Alfonsín está entre enojado y deprimido por el poco acompañamiento que le ha dado su partido, y ha pedido un mayor compromiso por parte de sus correligionarios.
Y es que los radicales no pasan por su mejor momento: Alfonsín no encuentra el apoyo necesario para impulsar su candidatura, y, para colmo, varios candidatos en las provincias harán campaña dándole la espalda. Es el caso de La Pampa, Entre Ríos y Mendoza; en esta última, la UCR cerró un acuerdo con Duhalde, que a pocas horas estalló por los aires. Por si fuese poco, De Narváez decidió hacer una campaña netamente provincial en Buenos Aires, «olvidándose» de Alfonsín.
Lunes 5 de septiembre de 2011