En diálogo con Mañana Sylvestre en Radio 10, el ex titular de BCRA analizó las nuevas medidas económicas y la reciente devaluación del peso argentino, sus efectos inflacionarios inmediatos y la falta de un plan económico sólido por parte del gobierno nacional. «Milei dijo que no iba a haber devaluación y la devaluación hubo», comenzó diciendo con contundencia, en referencia al ajuste cambiario tras la liberación del cepo.
El economista Alejandro Vanoli, en charla con Gustavo Sylvestre, consideró que la política de “aguantar” ya no daba más resultados y que el Gobierno entró en una nueva etapa, aunque sin una hoja de ruta clara: “Entramos en una nueva fase. Yo creo que no hay un plan económico. Todos los agujeros que tiene el sector externo argentino siguen ahí, y esta política irracional de apertura en un mundo que protege sus mercados, no ayuda”, dijo.
Uno de los puntos más críticos fue la supuesta liberación del cepo cambiario, que según el economista, dista mucho de ser real: “Las restricciones terminan para las personas físicas, pero para las empresas sigue habiendo un montón de restricciones. Esto no es una liberación total del cepo”. Y agregó: “Si fuera una liberación de verdad, como en 2016 o en 2018, habría una explosión del dólar… pero esto es más marketing que otra cosa”.
A su vez, advirtió que la inflación continuará en ascenso. “La inflación que ya venía subiendo, con esta devaluación va a seguir subiendo y va a complicar más el mercado económico”. Según sus estimaciones, “abril va a cerrar con una inflación mensual cercana al 5%, y en mayo podría ser un poco más baja, pero igualmente alta”.
La preocupación por la política monetaria también fue tema de análisis. “El gobierno va a subir la tasa de interés para que algunos se animen a jugar en el casino financiero, pero eso va a licuar esta reactivación anémica que estamos viviendo. Es malísimo para la economía real”.
Para el entrevistado, el nuevo esquema económico no tiene sustento productivo y vuelve a apoyarse en la especulación financiera: “Este gobierno está en la frecuencia del carry trade. Se volvió a apostar a la bicicleta financiera, otra vez sopa. No se está pensando en cómo venderle al mundo, ni en sustituir importaciones. Es el carnaval global al revés”.
Además, alertó sobre la extrema dependencia del contexto internacional para que el esquema funcione: “El plan económico depende de que Trump no desate una nueva crisis, que no se caiga el precio de la soja, ni del petróleo. Porque como no hay un modelo de exportaciones genuinas, ni se frenan las filtraciones por importaciones, viajes o deuda, todo queda atado con alambre”.
Finalmente, cerró con una advertencia: “Acá no cambió nada, fuera de una devaluación. El viernes fue el manotazo de ahogado. Hoy hay que mirar los precios, no la foto del dólar. Ahí se va a ver la suerte de este experimento financiero”.