El economista y periodista, presentó en Mañana Sylvestre su nuevo libro El país que quieren los dueños, donde propone un análisis profundo sobre la configuración del poder económico en la Argentina actual. A través de múltiples voces, enfoques y testimonios, la obra busca responder una pregunta tan sencilla como compleja: ¿Qué futuro pretende el poder económico para nuestro país?
«Lo que procuré es responder a esta pregunta desde distintos ángulos», explicó Alejandro Bercovich al periodista Gustavo Sylvestre sobre su nuevo libro «El país que quieren los dueños» donde recopila capítulos escritos de diferentes especialistas, desde historiadores económicos como Juan Odisio hasta ensayistas como Cecilia Rikap que exploran la visión futura de los tecnomagnates como Marcos Galperin (Mercadolibre) o Martín Migoya (Globant).
Uno de los ejes centrales del análisis de Bercovich es el respaldo explícito del gran empresariado a Javier Milei. Para el autor, esto representa una “renuncia a liderar un proceso de desarrollo autónomo del país”. En esa línea, sostiene que la apuesta de los magnates por el actual presidente refleja «una pérdida, una claudicación del gran capital», algo que, asegura, ya había ocurrido en momentos como la venta de empresas emblemáticas en los años 2000: “Cuando vendieron Terrabusi a Nabisco, Fortabat vendió Loma Negra, o se entregaron bancos a capitales de la región.”
El fenómeno de la «metamorfosis empresarial» también es tema central. Bercovich menciona, por ejemplo, el caso de Paolo Rocca: “Un poco dejó de ser industrial, siderúrgico, para pasar a ser petrolero. Ya no le importa tanto si se venden menos cocinas o heladeras porque está en un negocio netamente exportador como Tecpetrol en Vaca Muerta”. Esta lógica de desenganche del mercado interno se replica, según el periodista, en otros empresarios como Eduardo Elsztain —dueño de shoppings y de más de 800 mil hectáreas de campo— o en figuras como Mindlin y Manzano, que mutaron su foco hacia la minería, energía y recursos naturales.
Bercovich señala que esta transformación implica, de hecho, “renunciar a esa conexión con la dinámica argentina”, y cuestiona la idea de una burguesía nacional comprometida con el desarrollo del país. “En otros países, la burguesía tiene un proyecto que incluye a una mayor parte de la población. Acá, en cambio, hay una apuesta por un modelo extractivista con tres patas: petróleo y gas, minería y agroexportación. Eso no da laburo para 40 millones de argentinos.”
El libro también incluye testimonios directos con popes del empresariado argentino como Eduardo Eurnekian, Teddy Karagozian, Javier Madanes Quintanilla y los hermanos Bulgheroni. “Hablan en off un montón más que no cito porque es mi compromiso no revelar quiénes son”, aclaró Bercovich. A través de esas charlas, reconstruye el pensamiento de una élite que percibe al Estado más como un obstáculo que como un aliado. “El Estado, que siempre fue una oportunidad de negocios para el gran capital, se convirtió en algo problemático”, afirmó.
Uno de los momentos más reveladores de la entrevista se dio cuando Bercovich puso en evidencia la contradicción central del discurso empresario: “Piden buena infraestructura, pero que no se cobren impuestos”. Y señaló el proceso de fuga estructural de capitales que se consolidó en este siglo. “Hay una administración offshore del flujo de guita que va a los shoppings que usamos todos. Funciona fuera. Eso también es independizarse de la dinámica argentina.”
Para el autor, esta desconexión no es nueva ni exclusiva del actual gobierno. Se trata de una tendencia de larga data, una “avanzada que se viene cociendo desde hace mucho tiempo sin que la mayoría de la sociedad lo advierta”.
Bercovich cerró su intervención con una invitación al debate profundo. “La idea del libro es derribar ese tabú, preguntarnos por qué se da esta situación. Y acercar este debate a la gente.” Con ese objetivo, inicia una gira de presentaciones en Córdoba, Rosario y distintas ferias del libro del conurbano bonaerense.
El país que quieren los dueños ya está disponible en librerías. Un aporte imprescindible para entender la Argentina que proyectan —y que ya están moldeando— quienes manejan el poder económico.