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La Columna de Pepe Mujica: «Ningún Estado se puede cruzar de brazos si la gente está muerta de hambre»

La Columna de Pepe Mujica: «Ningún Estado se puede cruzar de brazos si la gente está muerta de hambre»

En su habitual espacio de opinión política en el aire de Mañana Sylvestre, el ex mandatario uruguayo habló de la actualidad argentina y reclamó una mayor presencia del Estado y de las políticas públicas en tiempos de crisis social y económica.

Aquí la transcripción completa de la charla entre el periodista Gustavo Sylvestre y el ex presidente del Uruguay, José «Pepe» Mujica en Radio 10 correspondiente al jueves 30 de mayo de 2024.

GS: Hola Pepe, buen día, ¿cómo andamos?

PM: Bueno, estamos peleando este invierno, yo tengo todos los días un tratamiento a las 7, están bombardeando ahí las tripas, estoy en más de la mitad del tratamiento, parece que vamos andando, bueno, no sé cuántos cartuchos me quedan, pero los voy a seguir usando, y tú sabes que anoche estuve en un pequeño homenaje, en un barrio, en el barrio de La Teja, donde vivía Tabaré (Vázquez), había un homenaje a él y fui, me encontré con viejos amigos, con viejos recuerdos, con viejas esperanzas, y tú sabes que en ese barrio tuvimos guardados algunos viejos compañeros argentinos de antiguas barras, hoy todos desaparecidos, todos se han ido, algunos la quedaron en la dictadura argentina, eran tiempos de solidaridad, eran tiempos que la barra, las barras que querían viajar a veces al este, venían para el Uruguay, después del Uruguay, conseguían documentación porque siempre los servicios de inteligencia internacionales los andaban persiguiendo, y ser peronista era como tener una mancha, eran tiempos difíciles, eran tiempos que, por ejemplo, había que poner un documento pegado a la hoja donde se ponían las visas, porque así después la podías arrancar y la tirabas para que no quedara registrado en el pasaporte, y cosas por el estilo. Es bueno tener memoria lo que ha sido la lucha de la gente a lo largo de décadas y décadas, porque cuando acá las cosas quemaban, disparaban para la Argentina, y cuando la Argentina quemaban, disparaban para acá, y ahí andamos cruzando este río con nuestros sueños, con nuestras valijas de esperanza, con nuestras ilusiones, con nuestros deberes, por eso siempre he dicho, y aunque mucha gente no me entiende, que nacimos en la misma placenta, somos hijos del mismo pleito histórico, tenemos, tal vez no tendremos las mismas virtudes, pero tenemos los mismos defectos, y nuestra historia es un tajo latente, y ahora tenemos enorme dificultad en esta América, ¿sabes por qué? Porque se nos fueron dos siglos, casi construyendo nuestras patrias que están ahí, que son un dato de la realidad, pero no existimos frente al mundo, y para existir al mundo tenemos que juntarnos, y juntarnos significa no abandonar nuestra patria, sino defenderla, y para defenderse los débiles y los chicos, no tienen otro camino que agrandarse, y agrandarse el único camino que sí es aprender a juntarse, pero para aprender a juntarse, no hay que empezar con las cosas grandes, hay que empezar con las chiquitas, con muchas chiquitas, porque en la impronta del Estado Nacional, o del interés nacional, nos ahoga en cuanto a la defensa del interés colectivo, y tiene que sobrevivir el derecho del Estado Nacional y de la patria chica, pero para que se sostenga en un mundo cada vez más internacionalizado, necesitamos un lazo, un paraguas que nos junte y que nos identifique, y no tenemos cultura para esto, tenemos una necesidad somática, pero mientras las transnacionales no respetan las fronteras, y se apropian del mundo entero, nosotros nos tamizamos y no aprendemos a defendernos juntándonos, fíjate tú, tenemos una débil comisión de derechos humanos latinoamericana, sí, pero no tenemos nada de derecho comercial, nos permitieron que juguemos a los derechos humanos, pero en cuanto tenemos un pleito con una multinacional, tenemos que ir a Wall Street, tenemos que poner abogados de allá, o ir a París, todo se ventila en el mundo rico, con estudios del mundo rico, con abogados del mundo rico, y que Dios te ampare, y sin embargo, donde se juega la teca, no hemos podido crear una corte de derechos comerciales y económicos en Nuestra América, para contarte una de nuestras debilidades más crónicas y más desgraciadas, y estamos con la conciencia parcelada, y no podemos dividirnos en derecha, izquierda o centro, porque acá hay una cuestión de intereses, y somos tan estúpidos, que por diferencias políticas, somos incapaces de hacer una política global para defendernos, y tener la flexibilidad suficiente de tolerarnos, por encima de nuestras diferencias, en el campo de nuestras ideas, es que lo peor es ser tributario en el balero, en la cabeza, si la independencia no está en la cabeza, las otras independencias son cuentos chinos, pero bueno, seguiremos luchando, viste, hasta donde nos quede el aliento, me voy a morir y quisiera ver más juntos a los pueblos de América, respetando sus diferencias, pero hasta que me quede aliento, voy a seguir peleando, para que tengamos el coraje de juntarnos un poco más para defender.

GS: Pepe, quería pedirle a usted, que ha sido un gran defensor del Estado, y de la presencia del Estado, y de la necesidad de ayudar, una reflexión, porque en este momento en la Argentina, se está discutiendo mucho sobre el rol del Estado, pero algo tremendo, que el gobierno nacional, no está repartiendo comida a comedores populares que los necesitan, está reteniendo comida, y ayer el presidente Milei dijo, que ese no era un asunto, o una responsabilidad del Estado, que la gente, si en todo caso, si se llega a morir de hambre, no se va a morir de hambre, porque algo va a hacer la gente, pero que no se lo pidan a él.

PM: Sí, sé que es una contradicción imposible, el Estado, el Estado tiene muchos defectos, pero no son defectos del Estado, son defectos de nuestra humanidad, en todo caso, que no se lo podemos traspolar, el Estado no es ni bueno ni malo, somos buenos y malos los que trabajamos con el Estado, y utilizamos bien o mal la herramienta, entonces, acá no hay una definición asexuada, y a veces nuestras comodidades se las trasladamos al Estado, y usamos el Estado para nuestras comodidades, pero esos no son defectos del Estado, son defectos humanos, y este es el problema, las democracias quedaron estancadas en materia de controles, yo lo he visto, esto es una discusión viva, tenemos que aprender, no agarrarnos con el Estado, hay responsabilidades inherentes al Estado, ningún Estado se puede cruzar de brazos si la gente está muerta de hambre, o si hay una inseguridad en la calle que no se puede ni caminar, es decir, hay funciones básicas del Estado, socorrer a los que tienen hambre, a los que tienen frío, ayudar en los pozos sociales, llámenle como quieran, como quieran eso, pero son deberes inherentes que no puede diluir esa responsabilidad de un Estado, porque si el Estado no practica la solidaridad con su pueblo, no sepa que tenemos Estado, y es obvio que los sectores poderosos no necesariamente necesitan que el Estado los socorra, aunque cuando las papas queman son los primeros que acuden al Estado, ya sabemos, porque todos lo criticamos, pero cuando lo precisamos todos vamos, porque el Estado somos nosotros, el Estado somos todos, el Estado somos una construcción colectiva que inventaron los humanos para poder vivir en grandes sociedades, y no tiene vuelta, entonces la verdadera lucha no es criticar al Estado, sino mejorar la calidad dentro del propio Estado, no es retrocediendo, porque lo otro es la barbarie de una estratificación sin reglas, que es el triunfo el más fuerte. El mercado no tiene por qué tener compasión, y a la convivencia humana se le quita la fraternidad, la compasión. Ahora también reconozco que están los avivados, porque los seres humanos también tendemos a la línea del menor esfuerzo, y es acá donde tenemos que trabajar, a esas deformaciones, pero no se puede matar la gallina, porque si no, no hay quien ponga huevo.

GS: Clarísimo, clarísimo. Bueno, Pepe Grande, como siempre un abrazo enorme y nos seguimos encontrando.

PM: Nos vemos querido. Gracias.

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