En Mañana Sylvestre, el ex presidente del Uruguay presentó como todos los jueves su espacio de reflexión social, filosófica y política y esta vez ahondó sobre los temas más profundos y trascendentes que hace al transcurrir del tiempo y de las razones últimas del existir.
Aquí la transcripción completa de la charla entre el histórico líder frenteamplista y ex mandatario oriental José “Pepe” Mujica y el periodista Gustavo Sylvestre del día jueves 21 de marzo de 2024 en el aire de Radio 10.
GS: Como todos los jueves a esta hora, tenemos el gustazo enorme de recibir al ex presidente de la República Oriental del Uruguay, José Pepe Mujica. Buen día, Pepe.
PM: Buen día, es un gusto saludarlos a la distancia, y a través de ustedes saludar a ese pueblo argentino con algo de nosotros, o nosotros con algo de ellos. . Con matices, anhelos, nuestras frustraciones pero también con nuestras esperanzas. Porque la vida es aventura a la que nos toca asistir. Siempre está llena de incertidumbres, y es algo que pasa, se nos va. Pero también menciona una gran pregunta: ¿Tiene un sentido la vida? ¿Y para cada uno de nosotros y para cada sociedad tiene algún sentido la vida? ¿ A qué venimos al mundo? ¿A sufrir? ¿A estar lleno de obligaciones y deberes? Y la idea de vivir por el solo hecho de vivir y festejar el no pertenecer al mundo de la nada, de no ser. Y pertenecer a ese minúsculo aleteo del universo de las cosas que se llaman vida tiene algún sentir la aventura de haber nacido y de estar consumiendo el peligro de nuestra vida. ¿Vale la pena tener una causa para vivir o no? ¿O vivir vegetativamente? Adentro de la determinante de la sociedad de mercado que hemos construido en los últimos diez siglos de existencia humana, empieza a determinar toda nuestra vida. La gran pregunta es si vivimos para vivir pagando cuentas. Vivimos para confundir ser con tener, comprar cosas nuevas. ¿O la vida tiene además otro sentido? ¿Vale la pena vivir por el hecho de vivir? Podemos matar tiempo, tiempo no útil, tiempo de nuestro transcurrir en la existencia en algunas cosas más que no son las obligaciones laborales de las cuales tenemos que vivir para cubrir nuestras necesidades básicas pero podemos gastar tiempo en otras cosas. Tenemos tiempo para perder con los amigos, tenemos tiempo los ancianos para jugar un poco de melancolía con los años de vida que se nos fueron. Tenemos tiempo para dedicarle a nuestras familias y a nuestros hijos pequeños. Tenemos tiempo para caminar por las calles y campos con nuestros hijos, con nuestros seres queridos, tenemos tiempo para perdernos una tarde mirando cómo anidan los pájaros, o hablándole a nuestros hijos de la aventura de las aparentes cosas que nos rodean por todas partes.¿O somos una máquina de ir a trabajar y tener relaciones de mercado, dormir y volver a trabajar? Se gasta mucho tiempo en nuestra apariencia personal y nada de tiempo para nuestro yo interior, para ese que camina con nosotros, ese que llevamos adentro. Tenemos tiempo para lamentarnos de la suerte desgraciada, pero tantos que nos acompañan en la aventura de la vida y quedan al costado del camino, a veces tirados como sábalos a su red, sin que podamos tenderle una mano para ayudarlos a andar en la aventura de la vida. No.. porque el tiempo es oro. El tiempo es una mercadería, es algo que tiene que ser útil y transformarse en un producto que se comercializa. La gran pregunta es esta: ¿Cuál es el sentido de nuestra vida? Tal vez el sentido de esta formidable aventura a la que no le damos valor, casi, porque es algo cotidiano que vivimos pero que en el fondo es la única cosa explosivamente trascendente para cada uno de nosotros porque en esta de vida está el infierno y el cielo. La condena es la esperanza, es probable que vengamos de la nada por un milagro y a la nada volvamos. Y la única aventura es esta que tenemos. La gran pregunta es querido pueblo argentino y de nuestra América: ¿Qué sentido le damos a la vida, a este milagro en el cual estamos inmersos en este pequeño tiempo de nuestra existencia? De vez en cuando piensa y siente, y mira el cielo y la inmensidad, y después recuerda que eres mucho sin ser nada. Hasta siempre.
GS: Gracias Pepe querido, abrazo enorme.