En Mañana Sylvestre, el analista en temas financieros trazó un diagnóstico alarmante sobre la situación actual de los mercados globales, marcando una diferencia clave con crisis anteriores: esta vez, todo parece depender del humor de una sola persona, el presidente de los Estados Unidos.
“Esta es una crisis muy diferente a todas las anteriores que por lo menos yo he vivido en Wall Street, porque es una crisis totalmente dirigida o iniciada por una persona”, afirmó Javier Timmerman en Mañana Sylvestre, refiriéndose al expresidente Donald Trump, sin mencionarlo directamente al principio, pero sin disimular el foco de su análisis.
Para el analista, lo que atraviesa hoy el sistema financiero global no es una tensión económica más, sino una auténtica guerra comercial, con consecuencias imprevisibles:
“En las guerras nunca se sabe cómo terminan. Todo esto está creando una situación de muchísima volatilidad y turbulencia”.
A diferencia de la crisis de las hipotecas de 2008 —que Timmerman calificó como una crisis “estructural”—, el escenario actual responde, según él, a la voluntad personal y arbitraria de un líder:
“Esto es la decisión de un tipo de entrar en guerra con el mundo. Y eso crea mucha sorpresa”, explicó.
Uno de los momentos más impactantes de la entrevista fue cuando se refirió a la pérdida de institucionalidad y racionalidad en la toma de decisiones.
“Siempre uno sabía que había gente que estaba ahí arriba —presidente, Reserva Federal, Tesoro— pensando cómo resolver la crisis. Acá no hay nada. Está la voluntad de un tipo que hace lo que quiere, y eso crea mucha ansiedad”.
Timmerman también hizo una fuerte crítica a cierta idealización de líderes disruptivos: “Ojalá que esto termine con esa idea de que hay que elegir locos, porque solo un loco puede resolver los problemas”, dijo. “La gente compra esa actitud beligerante, pero es todo humo”, sentenció, señalando además que muchas de las promesas del expresidente no se han cumplido.
Consultado sobre los posibles efectos en la economía global, no descartó un escenario severo:
“Cuando vos tenés este nivel de caídas, de volatilidad, de desconfianza en las autoridades… se puede entrar en dinámicas donde ciertas entidades financieras empiezan a sufrir, y eso puede desencadenar una crisis más amplia, incluso en países periféricos”.
Con respecto al impacto directo en los ciudadanos, fue contundente: “Esto va directamente al ahorro del americano, porque el americano ahorra sus fondos de pensión en activos financieros. Y esto los toca directamente”.
La falta de reciprocidad en las medidas comerciales también fue blanco de sus críticas y expresó: “Es como que yo le haga una guerra al verdulero porque no me compra lo que yo vendo. Pero si no tengo nada para ofrecerle, ¿por qué lo voy a castigar?”, ironizó.
Timmerman advirtió además sobre la peligrosidad de este tipo de liderazgos y la fragilidad institucional que generan. “Este tipo puede declarar la guerra mundial y al otro día decir ‘me equivoqué’, y ya mató a 300 mil personas”, manifestó.
“Durante muchos momentos en la historia americana había consensos básicos y eso daba tranquilidad. Hoy todo eso se pierde con este nivel de grieta”, dijo.
También trazó un paralelismo con la situación argentina: “Hoy en Argentina pasa lo mismo: tenés a un tipo que se quiere llevar por delante las instituciones. Antes, un Menem y un Alfonsín podían estar en las antípodas, pero negociaban. Ahora no pasa eso”.
Finalmente, consultado sobre el impacto en economías como la argentina, no dudó: “Cuando pasan estas cosas, nadie está a salvo. Ya no es un tema ideológico. Hay volatilidad, la gente se asusta, los bonos caen. Todo pone en peligro”. “Esto es una guerra comercial que va a terminar perjudicando a los ciudadanos del mundo”, concluyó.