En diálogo con Mañana Sylvestre, el secretario de Cultura denunció un “plan de desprestigio” de la políticas culturales que lleva adelante el Estado, y dijo que “la primera falacia es que solamente contratamos artistas amigos». Coscia defendió el cachet acordado con el músico Fito Páez, y explicó que de ese contrato “casi la mitad vuelve al Estado a través de los impuestos”.
“En estos días presenciamos una verdadera avanzada, una ofensiva contra las políticas culturales de este gobierno. Empezaron con Fito Páez, con los artistas contratados por el gobierno, con los subsidiados. Forman parte de un mismo plan de desprestigio, de lo que es sin duda una política muy exitosa”, consideró el secretario de Cultura de la Nación, Jorge Coscia.
“La primera falacia es que solamente contratamos artistas amigos. El Estado argentino es uno de los principales generadores de trabajo para lo que es el mundo del arte de la música popular, como ocurre con el mundo de la música clásica por mantenemos los elencos estables, como la Ciudad hace lo mismo con el Teatro Colón”, dijo el funcionario.
“Nosotros no inventamos los recitales a cielo abierto, la llegada de la democracia empezó a generar esta costumbre muy buena de generar espectáculos y ganar la calle. Lo seguimos haciendo y tal vez lo hemos expandido como hemos expandido toda la vida cultural”, agregó y destacó que lo que considera una “primavera cultural” por el “florecimiento de espacios culturales inaugurados en cantidad de metros cuadrados como nunca en Argentina”.
El contrato de Fito Páez
El secretario de Cultura se refirió a la polémica por el cachet cobrado por el músico Fito Páez, con el que se suscribió un acuerdo por $2 millones para realizar 5 shows.
“El monto por recital es menor respecto del contrato que hizo con el gobierno de Santa Fe, de otro signo político. En realidad esta cifra que parece asombrosa, la hacemos en blanco y se publica en el Boletín, esto toma un circuito de pago dentro de las reglas impositivas. Ese monto de $400.000 por recital, hay que descontarle el IVA y el Impuesto a las Ganancias. Del contrato de Fito Páez, casi la mitad vuelve al Estado a través de los impuestos, y de lo que queda, Fito tiene que pagarle a su representante y a sus artistas. Por lo tanto, a Fito le queda por recital entre $120.000 y $150.000”, consignó.
“Tenemos contratamos artistas de todo signo, sin preguntarle qué ideología tienen. Fito no me consta que sea un kirchnerista. Que vea con buenos ojos las políticas de este Gobierno no significa que tenga carnet”, dijo.
Luego en Radio Del Plata, Coscia insistió que “hay una campaña, y hay artistas que tienen miedo a actuar en espectáculos del Gobierno, porque trabajar para el Gobierno significa la pérdida de otros espacios, y sobre todo por una campaña de desprestigio como la que está viviendo Fito”.
Además recordó casos emblemáticos en la historia cultural argentina excluidos por sus afinidades políticas como Discépolo o Hugo del Carril.
“Estamos en presencia de una cacería de brujas, de un señor (por Lanata) que el domingo a la noche empieza a señalar con el dedo como si su trayectoria fuera impoluta. Un hombre cuya trayectoria descolla por haber quebrado un diario, asociado a un señor que quebró a una aerolínea, y señala qué está bien y qué está mal en la Argentina”, refirió el funcionario del área de la Cultura.
“Nosotros contratamos artistas que también contrata el Gobierno de la Ciudad, y sería bueno preguntar cómo los contrata el Gobierno de la Ciudad. Porque ¿Los contrata el Gobierno de la Ciudad o es una fundación que terceriza la contratación? Y ningún periodista se puso a investigar esto”, cuestionó.
El subsidio a la industria del cine
El secretario de Cultura defendió las políticas de protección y de financiamiento al cine nacional, y señaló que “en Argentina, como en Francia, como en España, la política de fomento está basada en un sistema de leyes de cine. Y lo que vivimos es una estabilidad creciente de 10 años que ha generado miles de puestos de trabajo, y que ha permitido que Argentina expanda su producción audiovisual a la televisión y se transforme uno de los primeros países del mundo en producción de contenidos culturales y científicos.
Luego prosiguió: “Pasamos de ser consumidores de los productos de Atlanta o de la BBC a ser productores, pasamos de ver suricatas, leones y delfines, a ver al Chacho Peñaloza, la Guerra de la Triple Alianza, nuestra propia ciencia, y regiones de nuestros país que no aparecían ahora aparecen, junto a voces y acentos que no estaban”.
“Mediante el INCAA estamos viendo el florecimiento de empresas, donde invertimos cifras que uno puede decir que son importantes. En lo que se refiere al cine, la inversión del Estado debe equivaler a dos películas norteamericanas. Con lo que los yanquis hacen 2 películas nosotros hicimos una industria”, agregó.
Audio completo de la entrevista
Miércoles 3 de julio de 2013
