En un contexto económico adverso y con la obra pública prácticamente paralizada, el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, trazó un diagnóstico sobre el presente complicado para el sector. En diálogo con Gustavo Sylvestre en Radio 10, advirtió que la actividad se encuentra estancada y que el empleo, aunque se estabilizó, sigue lejos de los niveles previos al ajuste económico iniciado en 2023.
“La actividad ha tenido una caída importante. Desde el pico de mediados de 2023 empezamos a caer por la alta inflación, y desde hace un año estamos en una meseta: no cae, pero tampoco crece”, señaló Gustavo Weiss en Mañana Sylvestre. Este parate afecta especialmente a uno de los pilares históricos del rubro: la construcción de viviendas.
Weiss explicó que la obra privada está trabada por el fuerte encarecimiento de los costos en dólares. Aunque la mayoría de los materiales se pagan en pesos, la referencia para la venta sigue siendo la moneda estadounidense, lo que genera un desfasaje difícil de sostener. “Cuando uno dolariza el costo de construcción, da un valor muy alto que no es convalidado por la demanda. Hay un problema en los desarrollos inmobiliarios”, afirmó.
La situación de la obra pública es aún más crítica. Según Weiss, “la obra pública nacional empieza a tener algún nivel de actividad desde puntos muy bajos”, mientras que “la obra pública provincial y municipal intenta mantener algo de movimiento con fondos propios”, especialmente en las jurisdicciones con mayor solidez fiscal.
Frente a este panorama, el empleo en el sector también ha sufrido una fuerte contracción. “Tuvimos una caída del orden de las 120.000 personas entre junio del 2023 y junio del 2024”, precisó. Sin embargo, al igual que la actividad general, el nivel de empleo se ha estabilizado en los últimos meses. “No tomamos gente, no despedimos gente. El empleo está estable”, resumió.
Uno de los factores que podría reactivar la construcción es el incentivo a la inversión privada mediante el blanqueo de dólares no declarados. Sin embargo, Weiss advirtió que aún hay incertidumbre jurídica sobre su implementación. “Para que eso funcione, hay que reglamentar. Mientras no esté claro, la gente va a ser reticente a sacar esos dólares por miedo a tener algún problema con la UIF o con la ley de lavado”, explicó.
Aun así, el empresario no descarta del todo que algunos actores puedan volver al “ladrillo” como refugio de valor. “Todavía hay gente que ve a los inmuebles como una reserva, incluso si hoy no hay negocios rentables a corto plazo”, consideró.
La construcción en Argentina atraviesa un momento de parálisis, marcado por la incertidumbre económica, la falta de obra pública y el desfase entre costos y demanda. La expectativa está puesta en que, con mayor previsibilidad y estímulos reales, el ladrillo pueda volver a ser motor de la economía.