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«En Rosario y Córdoba han habido autoservicios de combustible y no funcionaron», refirió Guillermo Borelli

El reciente debate sobre la implementación del autoservicio en las estaciones de servicio en Argentina ha generado gran preocupación, especialmente entre los trabajadores del sector. En Mañan Sylvestre, el secretario general del Sindicato Petrolero de Córdoba, señaló los principales inconvenientes de este sistema y los riesgos que implica tanto para los trabajadores como para los consumidores.

«Instamos a todos los consumidores a seguir eligiendo el trabajo del ser humano y que en las estaciones de servicios la atención sea de trabajadores porque no hay cómo reemplazarlo.
Nosotros no solamente despachamos combustibles, hacemos de mecánico o de guía turístico», precisó en Mañana Sylvestre el secretario general del Sindicato Petrolero de Córdoba Guillermo Borelli sobre el impulso a los autoservicios de combustibles y los efectos negativos que podrían padecer clientes y trabajadores.

«Todos estamos con la misma preocupación. En algunos casos como el de Córdoba donde hubo algunos intentos de autoservicio no funcionaron hace un par de años y en Rosario ayer estuve hablando con un dirigente de allá donde hay una estación de autoservicio y no funciona.  Todos dicen que va a ser más rápido y te imaginás si por ahí nos demoramos nosotros que estamos acostumbrados a cargar combustible, a cobrar y a manejar la tarjeta, imaginate uno que no esté muy acostumbrado bueno se van a hacer colas infinitas», dijo y remarcó que «tampoco había diferencia de precio significativa y resultaba más engorroso para el consumidor. Además, la gente no está acostumbrada y se generan demoras».

«Nos preocupa no solo la seguridad de los consumidores que cargan combustible, sino también la de quienes viven cerca de las estaciones de servicio», afirmó debido a que la manipulación de un líquido altamente inflamable sin la capacitación adecuada puede representar un peligro latente, más aún en zonas urbanas densamente pobladas.

Otro aspecto clave es la pérdida de puestos de trabajo. Según Borelli, si el autoservicio se impone como norma, con el tiempo se verá un impacto negativo en el empleo. Actualmente, más de 70,000 trabajadores se desempeñan en estaciones de servicio, ofreciendo un servicio que va mucho más allá de despachar combustible: brindan asistencia mecánica básica, recomendaciones, atención personalizada e incluso un trato cordial que mejora la experiencia del cliente. «Nosotros podemos hacer pequeños milagros diarios, cambiarle el humor a una persona con un saludo, una charla», aseguró.

Borelli también argumenta que la implementación del autoservicio no ha tenido éxito en experiencias previas en Argentina. En ciudades como Rosario y Córdoba, donde se intentó aplicar, el sistema fracasó debido a la falta de incentivos económicos y la incomodidad de los usuarios.

Además de la falta de conveniencia y la pérdida de empleo, la seguridad sigue siendo un factor crucial. Borelli advirtió sobre los peligros de que personas sin capacitación manipulen combustible, lo que podría generar accidentes. «Imaginá que alguien esté cargando nafta y se ponga a usar el celular o prenda un cigarrillo sin darse cuenta del riesgo», alertó.

En un contexto donde la automatización avanza en distintas industrias, el debate sobre el autoservicio de combustible abre interrogantes sobre el impacto en el empleo y la seguridad. Mientras tanto, los trabajadores del sector continúan su campaña para que el servicio humano siga siendo una opción prioritaria para los consumidores.

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