En Mañana Sylvestre, el presidente de la Cámara de la Construcción habló tras los dichos de Javier Milei sobre la obra pública, y las implicancias negativas que ya está causando en el sector.
«Las obras van a ser realizadas por iniciativa privada, y si no hay interés, significa que esa obra no tenía sentido desde el punto de vista económico, y entonces deberán explicar por qué se quería hacer. La Cámara Argentina de la Corrupción es parte del problema, la de los cuadernos», había dicho este miércoles entrevista televisiva el presidente electo, Javier Milei, sobre el sector de la construcción y despertó alarmas.
En Mañana Sylvestre convocamos al titular de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss quien planteó los efectos negativos que podrían tener estas medidas en un sector que da empleos a por lo menos 300.000 ciudadanos.
«Es injusto (lo que dice) porque el proceso judicial está en plena marcha, hay algunos empresarios imputados y procesados, y hasta tanto no haya culpables no hay delitos, hay que ver si las causas efectivamente se verifican», dijo acerca de los presuntos casos de corrupción, el referente de la cámara.
«Más allá de eso, la Cámara de la Construcción tiene 1400 socios, y en todo caso las empresas implicadas son 100. Con lo me parece injusto», puntualizó.
Por otra parte, Weiss señaló que «lo que parece señalar el presidente electo es que todas las empresas que trabajan para el Estado pertenecen a una matriz de corrupción, y no estamos para nada de acuerdo con eso».
En Radio 10, afirmó que paralizar «más de 3500 obras que están en ejecución en todo el país con fondos nacionales, creo que va a ser un crack muy importante. Primero se va a perder muchísimo empleo. Tenemos aproximadamente 300.000 personas directos entre operarios y personal técnico en obra pública y si las obras se paran, es echar a la calle a 300.000 personas, muchas empresas van a estar muy complicadas y al borde del concurso de acreedores y las obras quedarán inconclusas. Y no son muchas las obras que pueden tener rentabilidad como para atraer a privados».
«Ya hay telegramas de despido en empresas ligadas a la obra pública», cerró.