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Pepe Mujica: “El peronismo es un brutal sentimiento colectivo que enmarca la historia de millones de argentinos, y tiene una mística formidable”

El ex presidente del Uruguay en su espacio de reflexión política y social de los días jueves en Mañana Sylvestre trazó algunos pensamientos sobre el significado histórico del peronismo para el país, en el Día de la Militancia. También habló de la complicada situación climática que vive el mundo por el incumplimiento de los países centrales sobre los compromisos en las emisiones de carbono.

El histórico dirigente frenteamplista José “Pepe” Mujica desde su residencia en Uruguay estuvo presente en la habitual columna de los jueves en Radio 10, habló de la naturaleza política y sentimental del peronismo en Argentina y dedicó algunas reflexiones acerca de las escasas previsiones del mundo en materia de contaminación, y cuya consecuencia inicial es el cambio climático.

Aquí la transcripción completa de la columna de opinión de Pepe Mujica en el aire de Mañana Sylvestre.


GS: Pepe, querido, muy bien.¿Cómo anda?

PM: Es un gusto saludarlos a la distancia. Sé que es una fecha muy particular de remembranza del movimiento peronista, de esa cosa tan difícil de definir, si es partido o si es una mística, pero no cabe duda de que es un brutal sentimiento colectivo que enmarca la historia de millones de personas en el pueblo argentino. Y que estás allí como un invitado de piedra ineludible en cualquier consideración que se quiera hacer. Por eso creo que es una fecha muy peculiar de la Argentina, y que también nos retrotrae a pensar. Hay una subjetividad histórica sobre lo que se llama peronismo que sacude a una parte importante de la sociedad con una mística formidable, por momentos admirable. Que le ha dado capacidad de resistir en momentos muy difíciles y que ilumina cosas que no sabíamos que se han ido aclarando en las últimas décadas del comportamiento humano, y es que los seres humanos primeros sentimos y después pensamos en gran medida, y que nuestra parte consciente frecuentemente no hace otra cosa que explicar y justificar las decisiones que tomaron nuestros sentimientos. Es bueno reconocerlo eso porque esta civilización de marketing busca dominar las emociones en sus sistemas de propaganda por encima de cualquier otra consideración y ha demostrado una enorme eficiencia para dominar en parte la conducta de las masas, y ha creado una cultura de sentimientos emocionales que lo explota brillantemente en el campo del mercado. En el caso peculiar de la Argentina, tiene adherencia histórica a un sentimiento político que trabaja todos los mecanismos de la razón y que está allí fuerte e inconmovible, y que en momentos dramáticos de la historia le sirvió a una parte considerable de la sociedad argentina para resistir. Por eso no es un día cualquiera y espero que algún día las nuevas generaciones del pueblo latinoamericano se sientan pedacitos de una nación más grande y tengan esa capacidad de sentir, porque estoy harto de que se llame americanos a los del norte del Río Bravo para arriba y los que estamos abajo no sabemos lo que somos. Y no hemos sido capaces de inventar un nombre que nos cobije y que nos dé una especie de existencia común como un símbolo que necesitamos porque los seres humanos necesitamos símbolos, banderas, himnos, cosas que intenten representar nuestras hondas necesidades y siento que estamos demasiado pulverizados por enfrentar a las aglutinaciones que están planteando nuestro mundo en la historia de los años venideros. Naciones Unidas acaba de sacar un informe que es escalofriante, no solo por el aumento de la población mundial sino por lo que va a pasar en la humanidad, un envejecimiento de buena parte del mundo occidental y una explosión demográfica en África que hace pensar que África será para el 2060 la mitad de la población del mundo y seguramente se va desbordar por el mundo, y esto va a traer cambios cualitativos de un modo fenomenal que ni siquiera podemos imaginar, es una bomba de tiempo humana, la propia demografía. Y además al mismo tiempo, estas situaciones que están habiendo por el clima dan ganas de llorar sinceramente, porque no hay ningún país que haya cumplido con lo que se había propuesto y fundamentalmente, los grandes países del área industrial son responsables por el grueso del carbono que anda dando vueltas en la atmósfera y tendiendo a multiplicar el calor, están lejos de cumplir con lo que se habían comprometido y por lo tanto tenemos que empezar a tener conciencia de que estamos construyendo una especie de sartén para fritarnos y que todo lo que hagamos es poco, y estamos transitando con un margen de inconciencia como si no pasara nada. Y no es la ciencia la que ha fallado, que hace muchos años lo advirtió, lo que está fallando es la política a nivel del mundo. Estamos acostumbrados a que la política falle en nuestros territorios, que sea impotente para sujetar las enormes contradicciones y las feroces desigualdades que nos toca vivir, en una época donde el mundo tiene medios como nunca ha tenido. Sin embargo, la política no ha podido intentar repartir medianamente decentemente para poder superar algunas dificultades que están en el fondo de nuestra sociedad, no solo en América Latina. Encima tras cartón de eso se nos viene encima todas las consecuencias que tiene este agravamiento climático, que de la mayoría de ellas ni siquiera tenemos noticias de lo que son, porque la naturaleza es infinitamente compleja y hay un conjunto de acciones en cadena que cuando se desatan unas se producen las otras y no las podemos ni siquiera vaticinar. El cambio del PH en el mar puede pronosticar las consecuencias que tiene para la vida. El cambio de la temperatura media y en la oscilación de los suelos es un cambio de carácter fenomenal, y así sucesivamente. El deshielo de las zonas árticas de las masas de hielo no solo es una suba del mar es un cambio en la salinidad y con consecuencias en la vida, etc. Estamos como aprendiz de brujo, y lo peor es que me doy cuenta que los países que monitorean a nivel mundial hacen discursos pero desde el punto de vista práctico están haciendo exactamente lo contrario a lo que hay que hacer. Ahí está la guerra de Ucrania y la fabricación de armas en masa en lugar de fabricar molinos de viento y células fotovoltaicas, hay que hacer misiles, bombas y armas y vamos arriba, porque total no pasa nada. Y los que van a arriar son las generaciones que hemos engendrado nosotros, macanudo. Flor de conducta solidaria con el porvenir. Por eso, hermano, hay días que tengo ganas de poner el corazón bajo un zapato.

GS: Y si, Pepe. Nos deja pensando como cada jueves. Abrazo grande y hasta el próximo jueves.

PM: Abrazo, querido.

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