La crisis industrial en Argentina sigue profundizándose, y esta semana tuvo un nuevo y doloroso capítulo en la ciudad de Olavarría. Allí, la planta de bolsas industriales de la empresa CMPC, de capitales chilenos, cerró abruptamente sus puertas, dejando sin trabajo a 100 empleados directos y afectando a unas 50 familias más vinculadas a tareas tercerizadas.
“Ha sido un día muy triste para todos nosotros”, expresó Sergio Rutia, titular del Sindicato de Obreros de la Industria del Papel y Cartón de Olavarría, en diálogo con Mañana Sylvestre por Radio 10. “Gente de muchos años de trabajo ve frustrada su actividad. El cierre fue despectivo y nos tomó totalmente por sorpresa. Todavía estamos shockeados”.
La empresa, que llevaba 65 años operando en la ciudad, argumentó que el cierre se debía a pérdidas económicas recientes. Según Rutia, “la producción había bajado bastante, eso es verdad. Incluso el año pasado adelantaron vacaciones. Pero ahora estábamos repuntando, trabajando en forma normal ese mismo día cuando nos llamaron”.
CMPC es una multinacional chilena con presencia en diversos países de América Latina. En Argentina, además de la planta de bolsas que acaba de cerrar, controla también Papelera del Plata, productora de papel higiénico y otros productos de consumo masivo. “Tienen bosques en Misiones, fábricas en Perú, Brasil, México. Y ahora deciden irse del país porque, dicen, ya no es viable seguir trabajando en Argentina”, explicó Rutia.
El impacto del cierre no se limita a los trabajadores de la planta. “En Olavarría se ve mucho la actividad minera, y todo depende de la construcción, que a nivel nacional está prácticamente parada. Cementeras, canteras, escaleras… todo muy disminuido”, detalló. La crisis afecta a diversos sectores productivos de la ciudad: “En Cerro Negro, la cerámica, también quedaron cerca de 96 personas sin trabajo”, agregó.
Esta situación refleja una tendencia preocupante a nivel nacional: cierres de fábricas, despidos masivos y el quiebre de las economías regionales. “Se habla del Fondo, de cómo va a salvar al Gobierno, pero la realidad pasa por otro lado”, resumió Gustavo Sylvestre en la apertura del segmento. “El país está rompiendo su tradición industrial”.
“La difusión también ayuda como un paliativo para estos momentos difíciles”, agradeció Rutia al cierre de la entrevista. La historia de Olavarría es un llamado de atención urgente sobre la fragilidad del empleo y la necesidad de políticas activas que protejan a la industria nacional.