PM: Buenos días, es un gusto escucharte a la distancia, con dificultades de comunicación, pero recordando al gaucho Martín Fierro, cuando dice «nunca se acaban los males, y van poco a poco creciendo». Y para poner otra frase gaucha, de alguien un poco más moderno que el Martín Fierro: Si alguna vuelta he cantado ante panzudos patrones, he picaneado las razones profundas del pobrerío, yo no traiciono a los míos por palmas ni patacones.
Hay ciertas cuestiones de principios que es bueno recordar en estos tiempos convulsionados, porque estamos estamos asistiendo a una etapa mundial de crisis, de crisis parturientas del liberalismo, lo que está haciendo es cuestionar sus cimientos. En la parte más hermosa de la humanística de sus sentimientos, aparece esa tendencia indeclinable de las economías del mundo a transnacionalizarse. Algunas ramas de la economía tienden una a una a estar cada vez más dependiente, no del Estado nacional, no del espacio económico de una sociedad, sino sujetas a la aparición del capital mundial. Entonces ese señor que ponía un boliche y vivía detrás del mostrador, y acumulaba para ir lentamente progresando a una ferretería o una farmacia, o un pequeño taller como una cosa pequeña, es cada vez más difícil porque en este mundo todas las ramas de la economía se van transformando en cadenas transnacionales donde el epicentro no está ya sujeto al interés nacional sino que anda flotando por el mundo. Y esto genera una conducta en las clases medias que al sentirse acorraladas no emprenden sino que más bien se dedican a meter sus ahorros en un apartamento que lo alquilen o en un pedacito de tierra, o a contar papelitos, o a jugar a los bonos o a sacarlos para afuera. Pero no tienen aquella iniciativa porque los caminos se van cerrando por todas partes porque no existe la libertad económica, existe el avance de la transnacionalización. Entonces aparecen cantores de la libertad por aquí y por allá, pero lo que cada vez menos existe en el fondo es la verdadera libertad de iniciativa. Y esta es una característica de nuestro tiempo, donde la regulación tiende a ser cada vez más de carácter internacional, impuesta por organismos internacionales que poco tienen que ver con el interés nacional, porque tienen una perspectiva desde el mundo central, y no desde nuestras propias realidades. Por eso lo que te dije al principio, nunca se acaban los males, van poco a poco creciendo. Porque además esta pérdida consistente de libertad de iniciativa que se presenta por todos lados, lo tiende a padecer los países desarrollados, y la expansión transnacional viene desde los centros del capital. Entonces pasan estas contradicciones de nuestro mundo, y en este momento los agricultores alemanes sacan los tractores a la calle porque le bajan precisamente los subsidios. Quiero transmitirle a la gente, que cuando uno mira globalmente cómo se está moviendo el mundo, lo que está en crisis es precisamente la libertad de iniciativa creadora de la gente.. Y si de alguna forma las sociedades no establecen mecanismos para defender un cacho de esa poca libertad que nos queda, estamos fritos, porque la fuerte transnacionalización de la economía cada día que pasa es más fuerte, lástima que aparecen dioses de ultratumba que se llaman liberales, pero en realidad son liberistas, son previos al liberalismo, son anteriores al liberalismo, sueñan con un mundo que fue y que no será.
GS: Pepe, se nos fue, cerró impecable, buenísima la columna de Pepe, empezó poético y terminó con un concepto realmente fuerte de lo que está viviendo el mundo, y cada vez la falta de libertad en nombre de los liberales que no lo son tanto, que en parte estamos viviendo en la sociedad argentina.