En Mañana Sylvestre la experta en temas económicos analizó la coyuntura en Argentina, especialmente en relación con el préstamo del FMI. Brenta expresa una visión pesimista sobre el posible aumento del endeudamiento con el organismo multilateral de créditos al considerar que el carácter condicionante del acreedor y que los préstamos no generarán inversiones productivas, sino que huirán rápidamente del país.
Las nuevas conversaciones entre Javier Milei y autoridades del Fondo Monetario Internacional en la previa a la asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos auguran un posible nuevo empréstito por parte del organismo de créditos con el fin de alcanzar la quita de los controles cambiarios. Para evaluar los efectos de este nuevo acuerdo, consultamos en Mañana Sylvestre a la economista Noemí Brenta quien expresó su desconfianza sobre el resultado final de estas medidas.
Para Brenta el gobierno busca controlar el tipo de cambio y la inflación, aunque este ajuste económico está basado en una estrategia «atado con alambre». Según Brenta, el gobierno intenta sostener la economía hasta las elecciones de octubre para consolidar poder, lo que implica mantener el dólar controlado por el momento.
«Argentina ya es el mayor deudor del FMI y si nos presta sabemos que esos préstamos no van a ir a nada productivo porque los préstamos del fondo no son para eso y sino que más bien se van a ir por la canaleta de la fuga. Esto para mantener el dólar aplastado un tiempo probablemente hasta octubre y después antes de la devaluación y que los capitales se vayan y a nosotros nos quede la deuda. O sea me parece horrible», precisó.
También menciona la difícil relación entre el FMI y el gobierno argentino, especialmente sobre el tipo de cambio y las tasas de interés. El FMI ha exigido un tipo de cambio alto y tasas de interés altas, lo que entra en conflicto con la política actual del gobierno, que ha mantenido tasas de interés negativas.
Brenta advierte que un acuerdo con el FMI podría involucrar una devaluación, y que el gobierno podría verse presionado por intereses internacionales, particularmente de Estados Unidos, que busca alinearse con gobiernos de derecha en América Latina. Esto, según Brenta, podría implicar un gesto político para que el FMI apruebe más préstamos, pero no necesariamente sería algo positivo para la economía argentina.
En Radio 10, Brenta ve la situación como un ciclo de endeudamiento y fuga de capitales, con pocas perspectivas de mejora sin un cambio profundo en las políticas económicas.