El economista e integrante del Plan Fénix, analizó en diálogo con Mañana Sylvestre por Radio 10 la propuesta presentada por Emanuel Álvarez Agis para reemplazar el impuesto al cheque con un tributo al dinero en efectivo. Si bien coincidió en que el gravamen actual es distorsivo, planteó una alternativa que, según dijo, apunta a los grandes capitales y no a los trabajadores o pymes.
“Estoy de acuerdo con (Emmanuel) Álvarez Agis en que el impuesto al cheque es distorsivo y regresivo, porque las empresas terminan trasladándolo al precio de los productos”, señaló el economista Ricardo Koss, referente de la Universidad de Buenos Aires e integrante del Plan Fénix en charla con Sylvestre.
Sin embargo, cuestionó el reemplazo sugerido: “Cobrar un impuesto al stock de dinero en efectivo es inconducente al objetivo, no es la forma de financiar la derogación del impuesto al cheque”.El economista detalló que el grupo del Plan Fénix trabaja actualmente en una propuesta alternativa que busca gravar las fugas de capital y la renta enviada al exterior: “Lo que estamos estudiando es la posibilidad de gravar la formación de activos en el exterior, que está creciendo a razón de 24.500 millones de dólares en los últimos meses, y también la distribución de dividendos y el pago de intereses al exterior”.
Koss explicó que la lógica detrás de esta idea es sencilla: “gravar la salida de dinero de la economía argentina hacia el exterior”.
Y agregó que ese tipo de impuesto “no afectaría a los sectores que se pretende proteger”, ya que apuntaría exclusivamente a los grandes capitales que sacan recursos del país.
Consultado sobre el monto estimado de la recaudación, detalló:“De los datos que se manejan, la formación de activos externos es de unos 24.450 millones de dólares. Si se aplicara una tasa del 10%, la recaudación probable sería de 2.450 millones de dólares. Si fuera del 1%, serían 245 millones de dólares. Después habrá que discutir cuál es la tasa más razonable”.
Para Koss, la clave del debate está en quiénes deben ser los verdaderos aportantes del sistema tributario:“En el caso del impuesto al efectivo, terminaría pagándolo cualquier empleado en relación de dependencia, sin importar su nivel de ingreso. En cambio, este otro impuesto lo pagarían solo quienes tienen capacidad económica suficiente para formar activos en el exterior”.
El integrante del Plan Fénix concluyó que este tipo de herramientas fiscales permitirían “recaudar sin afectar el consumo interno ni encarecer los precios”, orientando el esfuerzo impositivo hacia quienes más recursos tienen.






