En diálogo con Mañana Sylvestre por Radio 10, el exministro de Gobierno de Evo Morales y dirigente del MAS, Hugo Moldiz, analizó el nuevo escenario político de Bolivia tras la asunción del presidente de derecha Rodrigo Paz. “Lo que está en cuestión hoy es si el Estado plurinacional que fue construido desde abajo va a continuar o si comienza un otro ciclo para el Estado”, advirtió.
El dirigente progresista boliviano Hugo Moldiz pasó por el aire de Mañana Sylvestre y lamentó la división interna en el Movimiento al Socialismo al sostener que el retroceso del proceso popular boliviano tiene raíces en errores propios. “Hay varios niveles de reflexión que la izquierda está obligada a hacer. El gran motor de la revolución democrática y cultural se convirtió al mismo tiempo en su freno”, afirmó.
Moldiz recordó que la crisis no comenzó con el golpe de 2019 contra Morales, sino que se fue gestando antes. “La crisis política boliviana empieza antes del golpe, se traduce luego en el gobierno de facto de la señora Áñez, y el gobierno de Luis Arce —llevado por el propio MAS— fue parte de una transición”, explicó. En ese sentido, planteó que el desafío ahora es determinar “si Rodrigo Paz será la prolongación de esa transición o el inicio de un nuevo ciclo”.
Consultado sobre la falta de profundización de las políticas transformadoras, el exfuncionario fue autocrítico: “En algún momento el gobierno se moderó cuando debía radicalizarse. A partir de 2016 y 2017 hubo un cambio en la conducción política, retórica antiimperialista pero con medidas que favorecieron a la gran industria y a la burguesía boliviana, hoy representada en el nuevo gobierno”.
Moldiz también analizó las disputas internas entre los principales referentes del MAS. “Evo sigue cargando contra Arce y Arce contra Evo. Esa fue la estrategia que llevó adelante el imperialismo: jugar a la implosión interna y agudizar las contradicciones. Mientras la guerra fratricida seguía, la derecha preparaba su regreso”, apuntó.
En el cierre de la entrevista, el exministro dejó una pregunta abierta sobre el futuro político del país: “Habrá que ver si la derrota ha sido táctica o estratégica. A veces los gobiernos más vendidos a Estados Unidos atentan contra los intereses populares, pero la gente los sigue votando. Habrá que preguntarse qué hicimos mal”.
Moldiz concluyó con un mensaje de autocrítica y esperanza: “Las revoluciones en América Latina o son radicales o no lo son. Cuando terminan jugando a medias, se convierten en su propio límite”.






