El actual embajador argentino en España dialogó con Gustavo Sylvestre sobre la coyuntura electoral, y expresó sus diferencias con las propuestas libertarias. Además recordó el triunfo electoral de su padre a 40 años del regreso de la democracia en el país.
En Radio 10, conversamos con el diplomático argentino en España, Ricardo Alfonsín, quien expresó sus cuestionamientos a la figura de Javier Milei y a sus propuestas anarcocapitalistas. En diálogo con Gustavo Sylvestre, el dirigente radical recordó lo que fue el triunfo electoral de su padre, Raúl Alfonsín a 40 años del regreso de la democracia.
«Con Milei tengo diferencias muy profundas y significativas, es un hombre que es un riesgo para la democracia. A los argentinos nos costó muchísimo conquistar la democracia como para que venga cualquier infeliz a ponerla en riesgo», puntualizó el dirigente radical.
«No podemos ser observadores frente a este riesgo y tenemos que hacer todo lo necesario para impedir que este señor tenga la chance de conducir la república. Creo que cada vez le está siendo más difícil pero no hay que bajar los brazos. Hay muchos entusiasmados con el anarcocapitalismo», comentó.
Yendo al recuerdo de lo que fue el retorno al sistema democrática, y la victoria de su padre en aquel 1983, Alfonsín expresó: «Todos acompañamos la campaña, le manejábamos el auto. En el 82 cuando se levantan las prohibiciones para la actividad política, ya ahí se multiplicaron los encuentros, las visitas, los viajes a los distintos pueblos de la provincias de Bueno Aires e incluso a otras provincias».
«Me acuerdo que en la provincia la militancia hacía simulacros de encuestas en las fábricas, y lo que nos llamaba la atención es que en la mayoría ganaba Alfonsín. Él estaba convencido de que iba a ganar las elecciones, pero lo decía sin arrogancia», agregó.
Sobre aquella Argentina de los ’80, consideró que atravesaba un momento de suma fragilidad económica e institucional, y sostuvo: «Estaba convencido de que cualquier que ganase las elecciones las iba a perder en 1989 porque las demandas sociales eran imposibles de satisfacer, los problemas económicos eran tan grandes -¡Y esas eran herencias!- Además del horror de lo que significó la dictadura en términos de conocimiento de derechos fundamentales y de derechos humanos, y de pérdida de libertad y persecuciones, desde el punto de vista económico fue un desastre. Desindustrializaron al país, endeudaron a la Argentina, un déficit fiscal que creo que era de 15%, una deuda que superaba el 100% del PBI, la inflación estaba rondando el 700%, y encima los derechos humanos y la Guerra de Malvinas».
Yendo al futuro próximo, Alfonsin planteó que «hay que avanzar en la democracia social, porque si solamente se garantiza el derecho al voto es una democracia renga, deben garantizarse derechos esenciales, y su ejercicio para poder vivir con dignidad».
En el cierre, dedicó algunas palabras a la actualidad de la UCR, y se mostró esperanzado en un retorno a las bases fundacionales del partido: «Espero que nosotros podamos reencontrarnos con nuestra identidad, y creo que así va a ser finalmente para poder cumplir el sueño de 1983, que no sea solamente conseguir la libertad sino sociedades más justas».






