En diálogo con Mañana Sylvestre por Radio 10, el médico infectólogo y profesor universitario expresó su preocupación por el crecimiento de casos de enfermedades prevenibles como sarampión, paperas, hepatitis y dengue. “Es muy preocupante para nosotros que siempre estuvimos ahí en la trinchera de la salud pública”, remarcó.
El reconocido médico y epidemiólogo Hugo Pizzi advirtió en Mañana Sylvestre que actualmente hay más de 110.000 niños que recibieron la primera dosis de la vacuna contra el sarampión pero no completaron la segunda, lo que genera un caldo de cultivo ideal para la reaparición del virus. “La vacuna no está completa. Entonces sucede algo como que viene un viajero, el viajero contamina a la hermana, la niña al padre, el padre a los compañeros de trabajo, y así se infecta hasta el PH donde viven”, relató. El especialista confirmó que ya se detectaron casos de contagio comunitario en Florencio Varela sin vínculo directo con un paciente identificado.
Ante la pregunta de por qué ocurre esto en un país donde las vacunas son gratuitas y de calidad, Pizzi fue tajante: “En la postpandemia se ha notado una falla de las madres que nunca había sucedido. Están los antivacunas, algunos grupos ecologistas, naturistas y hasta jueces que no quieren vacunarlo, aún en el nacimiento de su niño”.
En este sentido, recordó que la vacunación es obligatoria por ley y lamentó que haya magistrados que fallen en contra de la inmunización infantil: “Ya hay tres jueces que intervinieron. El primero fue uno de la ciudad de El Bolsón antes de la pandemia. El niño casi muere por otra patología con vacuna gratuita”.
Pizzi llamó a retomar el compromiso colectivo con la prevención: “Siempre tuvimos un calendario estupendo, un calendario que es un orgullo tenerlo. Pero hay que cumplirlo. Hay que ir al vacunatorio”. Y aseguró que esta falta de cobertura también afecta a enfermedades como paperas y hepatitis: “Absolutamente igual”.
El médico compartió una anécdota sobre la inundación en Bahía Blanca: “Nos decíamos ‘ojalá que esta gente tenga todo en orden’. Porque si no tienen bien la del tétano, caminan por lugares contaminados, o la antineumonía para dormir en colchones mojados… Si se mezcló el agua de cloaca con la potable, ojalá tengan la de hepatitis”.
“El mensaje es claro —concluyó—: las vacunas son una barrera inviolable para las enfermedades. Vamos a tener que volver a insistir. Ustedes, las maestras, las enfermeras, bioquímicos, médicos… Todos. Porque nosotros hemos demostrado que cuando hay campaña, las enfermedades desaparecen”.
En un tono reflexivo, el periodista Gustavo Sylvestre recordó cómo en décadas pasadas se aplicaban vacunas masivas en los colegios. Pizzi coincidió: “Entraban los vacunadores y vacunaban a 500 personas en dos horas. Hoy hay que pedirle permiso a los padres. La sociedad no es la misma”.
