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La lucha de las madres de Ituzaingó contra agrotóxicos logra el primer fallo contra sojeros en Córdoba

En Mañana Sylvestre, María Godoy, integrante de la organización Paren de Fumigar, explicó cómo se llegó a la primera sentencia contra productores de soja que utilizaban agroquímicos prohibidos, en un barrio cordobés donde hubo 169 casos de cáncer, y 30 muertes. “Queríamos un fallo con condena efectiva, pero vamos a controlar a estos señores”, señaló.

“Ayer estábamos muy mal porque queríamos la cárcel para los sojeros que nos fumigan y nos matan. No nos olvidemos que Córdoba es la primera provincia productora de soja, que es la que más produce. Ayer lo han declarado delito, y esto es lo importante. Estos señores dicen que nunca fumigaron con avión y que eran inocentes. Eso ha llevado a que mucha gente esté peleando ahora contra los agrotóxicos”, indicó María Godoy, con emociones mezcladas ante la resolución de la Cámara I del Crimen de Córdoba que condenó a 3 años de prisión condicional (no efectiva) al productor rural Francisco Parra y al piloto aeroaplicador Edgardo Pancello por las fumigaciones ilegales en el Barrio Ituzaingó Anexo, cercano a la capital provincial.

“Nosotros queríamos una condena efectiva, cárcel de muchos años para estos señores. Porque allí estaba una compañera tuvo 17 embarazos, y tuvo un solo hijo. Perdió 15 embarazos y otro nació con una deformidad y murió. Una mamá que estaba con cáncer y su nieto nació sin ano. A otro chica que a los 3 años le detectaron leucemia y ahora está controlada, y Sofía que es la artífice de todo esto que perdió a su hija a días de nacer por malformación de riñón”, comentó acerca del terrible panorama que se vive en Ituzaingó como consecuencia del uso de pesticidas prohibidos.

En Radio La Red, Godoy explicó que “nosotros hicimos análisis en sangre a nuestros niños y encuentran que el 80% tienen agroquímicos, entre ellos los órganos clorados que son los que están prohibiéndose en todo el mundo. Y en un allanamiento que hicieron en la casa del señor Parra, que es un sojero que vivía en el campo. Que no es que estaba cercano, sino que directamente cruzábamos la calle y empezaba la soja. Encontraron en un dormitorio, debajo de una cama, agroquímicos que ya están prohibidos. Pareciera que no son personas, porque incluso el ingeniero agrónomo que sabía que estaba prohibido fumigar alrededor del barrio Ituzaingó Anexo, que hacía las recetas, cuando las hacían, porque la mayoría de las veces fumigaba clandestinamente”.

Nos toman como rehenes, porque hay pueblos que 48 horas antes les avisan que van a fumigar y los obligan a meterse dentro de sus casas 3 o 4 horas. Y seguimos con más cosas, por eso es que no estamos conformes”, señaló.

Miércoles 22 de agosto de 2012

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