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La Columna de Pepe Mujica: “La moneda es parte de nuestra soberanía y actuar en contrario termina jugando en perjuicio de la inmensa mayoría de la sociedad”

El ex presidente del Uruguay y referente del Frente Amplio en su espacio de reflexión política, social y económica de los días jueves en Mañana Sylvestre se refirió a la última corrida cambiaria sufrida en Argentina y abogó por la creación de una moneda común para los países de la región sur.

Como todos los jueves, el ex mandatario oriental José “Pepe” Mujica estuvo en Mañana Sylvestre y expuso su pensamiento sobre la complicada actualidad económica y financiera de la Argentina poniendo el foco en la necesidad de preservar la moneda como instrumento de soberanía nacional.

Aquí la transcripción completa de las palabras de Mujica en la charla mantenida con Gustavo Sylvestre en el aire de Radio 10.

GS: Como todos los jueves a esta hora nuestro encuentro semanal para escuchar las reflexiones del ex presidente del Uruguay, José “Pepe” Mujica. Buen día, Pepe. ¿Cómo andamos?

PM: Buen día, ¿Cómo están?

GS: Acá estamos, en la pelea con el dólar blue.

PM: Sí, causa estupor. Es como si un país entero estuviera sometido a una timba, nosotros nos quedamos absortos contemplando esa carrera del dólar que parece que no tiene fin pero que debe tener una salida. Uno sabe por experiencia y estaba recordando las coyunturas de mi vida. Hace muchas décadas que el pueblo argentino perdió confianza en su moneda, hace décadas que se formó una cultura de desconfianza en su propia moneda y cada tanto tiempo la sociedad argentina se autodestroza por esta locura, la lucha del cambio. Y ha pasado 3 o 4 veces por lo menos en su historia y al parecer el mal persiste, persiste y persiste. Me ha llevado a pensar que una de las grandes contrariedades de nuestra América Latina es el no haber propiciado a tiempo la costumbre del trabajo de comerciar con nuestras monedas, con nuestras criollas monedas, haciendo que los bancos centrales tuvieran la sutileza de aprender a trabajar en el arbitraje de las diferencias que puedan haber y compensarlas. Tratar de escapar de esa trampa que significaba la subordinación a monedas internacionales. Antes fue la libra, durante casi más de 100 años, y hoy es el dólar y pasado mañana será el yuan, e inevitablemente la competencia internacional y la disputa de potencias va a llevar a la corta o a la larga a que la moneda china interceda también en el mundo. Pero ¿Cuándo nos propondremos nosotros los americanos empezar a comerciar con nuestros pesitos? Porque tenemos tratados firmados al respecto, y que obviamente no cumplimos. Este problema no es de hoy, pero de hoy debería ser la voluntad de aprender y cambiar de parámetro, porque el cambio es un elemento y la economía está ligada de una forma u otra al ejercicio de una soberanía. Cuando tenemos que subordinarnos al ejercicio de una moneda nos subordinamos a una relación de fuerzas que está en los hechos en la economía del mundo. Y eso es como decir que dependemos. Es forma práctica, efectiva y real de suscribir todos los días, todos los meses, todos los momentos, la subordinación no solo de la economía sino de nuestra conciencia de nación a la realidad del mundo. Antes fue la libra, después el dólar, mañana será el yuan, tal vez tengan una coexistencia durante algún tiempo. Y.. ¿Cuándo aprenderemos a trocar, cambiar valor más allá de las monedas, entre nosotros mismos? A intercambiar valor de alguna manera renunciando a someternos a monedas que representan a otros, y que en el fondo establecen mucho más de lo que es el valor de la moneda. Porque es una cosa curiosa, querido, tenemos una corte internacional de justicia latinoamericana, pero no tenemos ninguna corte latinoamericana para ventilar y laudar en los conflictos que podríamos tener con empresas transnacionales, por el contrario, tenemos que ir a Nueva York, París, o a la city londinense, tenemos que someternos a su derecho, poner abogados de allá. Sesudos estudios nos amparen que por no estar juntos, no entender que la poesía de la patria grande no es solo una quimera, sino que la necesidad que tenemos de juntarnos es prosaica, es para defender nuestros propios intereses, porque atomizados no somos nada en este mundo y esta es una de esas consecuencias. Tenemos que entender que si no somos capaces de defender el valor de nuestro trabajo, que si jurídicamente defendemos nuestros intereses mal, si nuestro sistema de intermediarios no están amparados por nosotros mismos, por nuestros intereses, van a ser usados en contra de nosotros, y que esto sea es una consecuencia de la historia colonial, que en el mundo de derechos necesitan el respaldo de la fuerza y que la fuerza de los débiles solo se puede transformar y multiplicar cuando los débiles dejan su tontería y de alguna forma logran juntarse para dejar de ser débiles. Sencillamente, es la razón de nuestra historia que viene del tiempo colonial y a través de la moneda se destila la historia de nuestra dependencia, la historia de nuestros intereses defendidos a medias. Ya lo dijo Sarratea, hermano, siguen vivos aquellos personajes de nuestra historia que les hacían hablar en inglés a los sirvientes en su casa que en aquella época usaban una tabaquera de Canning, que habían nacido acá pero sus intereses no estaban acá, y en alguna medida seguimos en la misma lógica. Esto se expresa a través del dolor, del grito desesperado de nuestras miserables monedas, despreciadas y no defendidas porque no hemos logrado el camino de juntarnos. Espero que las generaciones que nos sucedan sean menos tontas, espero que el dolor nos enseñe, porque no es la primera vez que pasa en la historia de la Argentina, y uno quisiera que fuera la última vez. Que de este dolor salieran purificados, para entender que la moneda también es parte de nuestra soberanía y que lo contrario termina jugando en contra de la inmensa mayoría de la sociedad y en beneficio de unos pocos que son los muchachos de siempre. Son los que estando tiene su alma en otra parte y hasta siempre. Y ojalá que esto sea una enorme lección para los latinoamericanos y entendamos de una buena vez que para defendernos tenemos que pertenecer a una nueva nación, que en mi fuero interno se llama Amazonia, y debería juntarnos a todos y no tenemos que dejar de ser argentinos, o brasileños, o bolivianos, pero quizá no tengamos que llamarnos más latinoamericanos porque ese nombre nos lo pusieron desde afuera, y es un nombre que está dejando a los pueblos indígenas afuera, y a los morenos arrancados de África para ser esclavos, y no expresan el dolor de los inmigrantes que vinieron de cualquier parte y se acrisolaron haciendo nuestras realidades. La moneda también expresa nuestra queja, nuestro dolor, y nuestra impotencia. El sufrimiento tiene que avivarnos la cabeza, y dejar en el ropera de la historia la estupidez, y la impotencia de no poder defendernos. Nadie va a regalarnos la prosperidad, y la propia moneda es también parte de este asunto. La pregunta es: ¿Aprenderemos?

GS: Ahí queda flotando la pregunta en lo que viene pasando desde hace mucho tiempo. Pepe, gracias por las reflexiones de siempre. Abrazo y hasta el jueves que viene.

PM: Chau, viejo.

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