En su columna habitual en Mañana Sylvestre, el ex mandatario del Uruguay recordó el triunfo de la selección uruguaya en los Juegos Olímpicos de París en 1924, que inspirara a China a la práctica activa del deporte.
Aquí la transcripción completa de las palabras de José “Pepe” Mujica en diálogo con Gustavo Sylvestre en su columna especial de los días jueves en Radio 10.
GS: Como todos los jueves el gustazo que nos damos en Mañana Sylvestre de escuchar las reflexiones del ex presidente de la República Oriental del Uruguay, José “Pepe” Mujica. Buen día, ¿Cómo andamos?
PM: Buen día. Tu sabes.. hoy no hay ninguna reflexión si no apenas un recuerdo de esas cosas que como hilacha van quedando en el fondo de la historia. Tu sabes Sylvestre y los queridos argentinos que hace muchos años allá por 1924 un dirigente del naciente pueblo uruguayo se le ocurrió concurrir a las olimpíadas e hizo un esfuerzo colosal para la época. Estoy hablando de 1924 y ninguno de nosotros todavía era nacido. Se fueron en barco, fue una proeza, nunca habían ido los latinoamericanos a ese tipo de eventos. Fue una especie de patriada, de quijotada de la época. Había una selección que acá en Latinoamérica le había ido bastante bien y entonces sacaron un poco de pecho y allá fueron llenos de coraje. Fueron a las olimpíadas y en el camino llevaron a un boxeador, que le fue bastante mal. Ni siquiera tenía quién le arrimara una toalla en la esquina. Y me entero de que había un joven Don Carlos Quijano que fuera después el fundador de uno de los periódicos semanarios que tuvo mayor importancia en América durante muchos años, en los años de mi juventud que se llamaba Marcha. Fue un poco el que ofició de ayudante de ese boxeador. Fue así que la selección de fútbol dio una cátedra y ganó la olimpíada, estoy hablando de 1924. Y entre los jugadores había un moreno que fue muy famoso, Rodríguez Andrade, que en las cuestiones del amor parece que le fue muy bien, que no volvió con la selección sino que vino más tarde. Ahora me entero que una bailarina que ha sido famosa en la época, Josefina Baquet parece que había tenido un romance con nuestro querido jugador y que lo llamaba la maravilla negra. Y entonces el moreno demoró como dos meses en volver de la selección, pero lo más curioso es que había un estudiante chino de 16 años que estaba haciendo una beca, una figura legendaria en lo que se ha llamado la segundo revolución china, había sido becado y tenía los 16 años y vino a cumplir una beca en París. Y allí lo reclutaron para el naciente Partido Comunista Chino, que se fundó primero en Francia y dos o tres meses después se fundó en China. Este muchacho ve el fútbol uruguayo y se va a hacer apasionado del fútbol al cual casi ni conocía. Y va a poner los ojos en el fútbol de América Latina y en el de Uruguay. Y va a ser uno de los componentes del partido que va a luchar, va a ser secretario general, comandante en la guerra, se va a hacer hombre, va a ser un hombre de gran prestigio y va a ser sancionado y lo van a mandar a una provincia en la época de la revolución cultural. Y va a volver y va a ser rehabilitado, volver a la dirección de su partido, y luego de la muerte de Mao va a inspirar un conjunto de reformas –no sé si buenas o malas- pero que se les atribuya ser las que han permitido la explosión económica de la China actual. Se va a morir con 92 años y va a seguir siendo hincha del fútbol y soñador de que algún día China pueda jugar al fútbol y organizar un campeonato mundial. ¿Te das cuenta lo que es la carambola de la vida? Insistió desde el gobierno en que cada escuela tenía que tener una cancha de fútbol y así sucesivamente, por aquel suceso que vivió en su juventud cuando tenía 16 años y vio a unos locos latinoamericanos dar una cátedra de fútbol en Europa. También sé que el fútbol se ha transformado en un negocio espectacular. Pero es indudable que es un componente de nuestra cultura, de nuestras tradiciones, de nuestra esencia. Y tal vez tiene la alegría y el lenguaje de los pobres, porque se puede jugar de alguna forma en cualquier campito, con pocos recursos. Por eso la cultura del fútbol está unificando al mundo. Conviene recordar a veces estas cosas para darnos cuenta qué vericuetos tiene la vida, y cuántas lecciones sin que nadie se lo proponga nos suele dar. Porque si una esquinita de América pudo comunicar un sueño a un muchacho cuyo futuro destino era tener una influencia colosal en un país que tiene una civilización milenaria. No nos vamos a entender en el mundo actual si no mejoramos en el conocimiento de lo que significa la vieja cultura china, que es una nación apabullante. La única que tiene continuidad en 5000 años de historia. Y eso es demasiado. No es un país, es una civilización, con otras claves, y que vale la pena ser conocida para entender en parte los desafíos del mundo que vendrá. Hasta siempre, Sylvestre.
GS: Gracias, querido Pepe. Hermosa reflexión. Chau y abrazo grande, hasta el próximo jueves.