El ex presidente del Uruguay en su espacio de opinión de los jueves en Mañana Sylvestre, llamo a cambiar la cultura y reafirmar el valor intrínseco del agua para el bienestar de las futuras generaciones en el marco del stress hídrico que vive la capital oriental.
Aquí presentamos la transcripción de la charla entre José Mujica y Gustavo Sylvestre del día jueves 3 de agosto de 2023 en el aire de Radio 10.
GS: Vamos al encuentro con el ex presidente de la República Oriental del Uruguay, José “Pepe” Mujica. Buen día, Pepe.¿Cómo andamos?
PM: Buen día, ¿Cómo están por allá?
GS: Acá estamos, con la fresca nuevamente.
PM: ¿Está lloviendo en Argentina?
GS: No, no llueve. Refrescó, bajó 10 grados la temperatura.
PM: Nosotros estamos esperando que llueva en Uruguay, y solo llueve unas lágrimas. Si esto es coyuntural, algún día saldremos y lo recordaremos. Pero tu sabes que en nuestra querida tierra se está haciendo una obra para comunicar y traer a la cuenca un poco de agua dulce y hemos tenido la colaboración de una fábrica de Brasil que cumplió en fecha de entrega de los caños y también de la Argentina, la obra está saliendo muy rápido. De todas maneras no deja de ser otra cosa que un remedio, no es una solución definitiva, es un alivio de urgencia, pero nada más. Y estamos en el fondo dependientes de que el clima pegue un viraje y entre a llover lo que normalmente llovía. Pero estamos con el desconsuelo en la boca, así está la situación en Uruguay. Sería bueno que lo tuvieran en cuenta por todas partes, que tanto ustedes como nosotros entendamos no solo que el agua es importante y hay que cuidarla sino esencialmente que la agricultura, la producción de comida está ligada a disponer del agua. Es un tema de visibilidad hacia el futuro que en realidad quienes trabajan en esto, deben invertir en ese recurso y que se debería recordar en esta época moderna que el manejo del agua tiene un por qué de la razón de ser desde la antigüedad, de grandes civilizaciones como las de la Mesopotamia allí donde se inventaron las escrituras o lo que pasó en el Nilo o en las cuencas del Río Amarillo o lo que fueron los nervios conductores de la civilización incaica. El manejo del agua para darle seguridad a la comida. Que tan vieja y eterna la historia de la humanidad pero no debemos olvidarla. Hoy tenemos mundos que nos dan muchas posibilidades que antes no existían. Hoy todo es más fácil, si tenemos la precaución de prever, guardar e invertir para asegurar este tesoro. Pero naturalmente la demanda de nuestra cultura contemporánea tan urgida en gastar en toda la pirámide de clases sociales, porque esta cultura nos envuelve y envuelve mucho más a los sectores poderosos, a los que tienen altos ingresos. Y por eso no podemos generar capital para invertir en obras que nos aseguren guardar agua en grandes cantidades cuando llueve, para ir hacia un estadio de utilizarlas cuando hay sequía. Esta ley tan elemental y que tanto tiene que ver con el progreso humano, que debiéramos de recordar que quienes hicieron la Gran Muralla, es una pavada al lado de esa otra obra monumental que le llaman el Gran Canal que fue con medio primitivos, fabricar un río que es navegable que le permitió en materia de transporte dar un histórico salto a esa nación y darle mantener una cantidad de gente que de otra forma hubiera imposible. Esta ley tan vieja del manejo del agua, el de invertir trabajo humano para poder guardar agua en los momentos en que sobra, para administrarla en los momentos en que falta, es una ley tan vieja como la historia del hombre. Que tiene por lo menos entre 5000 y 10.000 años. Sin embargo, los que nos hemos quedado en países donde llueve regularmente, la tenemos prácticamente olvidada o archivada. Y sería bueno que nos reeducáramos y comprendiéramos que este es un factor de seguridad y de pública de felicidad ligada a la capacidad de producir alimento. Una tonelada de arroz cuesta 1300 metros cúbicos de agua. Y así podríamos seguir con otros cereales. Sería bueno recordarlo, y a los hermanos argentinos tan parecidos a nosotros mismos, por lo menos en los defectos que tenemos, les mando un abrazo y que quede esto como un planteo a la distancia del porvenir para los que vengan luego de nosotros. Hasta siempre.
GS: Abrazo grande, Pepe.
