En comunicación con Mañana Mujica, el legendario dirigente del Frente Amplio uruguayo dejó sus reflexiones como cada jueves en Radio 10, y puso el eje en la definición electoral que tendrá Argentina con el próximo balotaje presidencial.
Como ocurre cada semana, el ex mandatario oriental presentó su espacio de opinión política, esta vez con la mira puesta en la decisión que hará la ciudadanía argentina este domingo, con motivo del balotaje.
Aquí les presentamos la transcripción completa de la conversación entre José Mujica y Gustavo Sylvestre correspondiente al jueves 16 de noviembre de 2023.
GS: Tenemos el gustazo de recibir como todos los jueves al ex presidente de la República Oriental del Uruguay, José «Pepe» Mujica. Buen día, Pepe.
PM: Buen día, es un gusto poderlos saludar. Dicen que el único animal que tropieza con la misma piedra es el humano, que es un animal inteligente pero tiene cierta capacidad de olvido. Armé un poquito de revuelo con alguna declaración pública que hice cuando propuse la candidatura de Massa, me da la impresión de que una parte de la sociedad argentina no recuerda ya su propia historia relativamente reciente. No recuerda aquella etapa en donde tenía un nuevo presidente cada 2 o 3 días. Aquella etapa del que se vayan todos con los martillazos en las cortinas metálicas de los bancos, con una bronca extendida en la calle. Y al final de cuentas tomaron una decisión y pusieron en el ir y venir, un ministro de Economía, me estoy refiriendo a (Roberto) Lavagna, que tuvo que tomar un conjunto de medidas y aquel país que parecía que estaba en un abismo empezó a resucitar, y no hubo ningún trauma ni ningún desastre, ni apaleamientos en la calle ni nada por el estilo. Hubo precisamente un margen de paciencia, una convocatoria a la negociación permanente con el conjunto de intereses y se puede reflotar a la Argentina. Y no fue la única vez porque se puede hacer un análisis histórico. Quiere decir que los caminos de salida están pergeñados y dibujados en la propia historia del pueblo argentino. Y cada vez que se quiso ensayar el camino contrario, el del absolutismo y del tremendismo, el blanco y negro, el de tengo la verdad y los otros están todos equivocados, lo que pasó es que se desembocó en regímenes represivos. Lo que más me preocupa es que no se conozca la propia historia, la capacidad contestaria y de movilización de vastísimos de la sociedad argentina, indicaría la prudencia porque si se toman determinadas medidas de carácter explosivo va a haber multitud de gente en la calle, y va a surgir la respuesta de reprimir. Y cuando se empieza a reprimir se sabe dónde se empieza pero nunca dónde termina. Por la estabilidad democrática, porque está precisamente en juego la vida democrática, creo que la prudencia, y el buscar en todo lo posible juntar partes y ejes fundamentales del movimiento peronista tan vasto y disperso, por qué no, por momentos muy contradictorio. A cubrir lo mejor que quiere el viejo radicalismo, y generar una tentativa de un gobierno nacional por encima de las contradicciones que se puedan tener. Parece que se necesita un negociador y un pacificador de la realidad argentina. Me doy cuenta que hay gente que sueña con soluciones mágicas que se instrumentan poco menos que a garrotazos, sencillamente, o que están deseando un sistema de violencia en el fondo. Porque la política ha sido sustituida por el odio, y el odio genera un fanatismo ciego que desgraciadamente impulsa caminos que se sabe dónde inician pero nunca se tiene idea dónde se terminan. Es por eso que se da esta contradicción, que quien está al frente de la economía tambaleante y un proceso de hiperinflación que enloquece a la gente paradojalmente tiene una visión más rica y sensata que quienes sin ninguna responsabilidad a lo único que apelan es a salidas de carácter tremendista, como mínimo. Algunas de las cuales ya fallaron en la historia argentina, cómo no acordarse de aquel desastre monetario que significó la convertibilidad con el dólar y todo lo que le costó a la República Argentina. Esa capacidad milagrosa de recuperación que tiene la sociedad argentina es posible solo para los argentinos, que son capaces de caer en el abismo, y son capaces de salir del abismo por su propia capacidad y su propia decisión. Necesitan tener un poco de confianza en sí mismos, y entender que tienen que juntarse por encima de diferencias que puedan tener y encontrar una media docena de claves comunes que los amparen por un tiempo. Creo que se va a encontrar la salida y creo que el domingo la mayoría del pueblo argentino va a tomar una decisión sabia. Pero si nos equivocamos en la predicción, siempre estaremos de todas maneras con mucha simpatía y empatía hacia el pueblo argentino como parte de la comunidad latinoamericana.
Si miran para atrás en la propia historia, las claves para resurgir las tienen, acuérdense de la experiencia que vivieron después de aquel «que se vayan todos». Y cómo pudieron resurgir, sencillamente con alguien competente y negociador en Argentina que enderezó el barco. Sería bueno que acudieran a recursos de ese tipo y tengo confianza en el pueblo argentino y les deseo suerte. Y si no fuera así, igual estaré con toda la empatía apoyando las vicisitudes que pase el pueblo argentino y hasta siempre.
GS: Abrazo grande, querido Pepe, y gracias por todo. El Pepe Mujica, sabio como siempre advirtiéndonos los riesgos que se abre,
