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La columna de Daniel Molina: La educación, y el futuro

“El futuro está llegando de manera tan asombrosa que la mayoría de las cosas que estamos pensando hoy ya no nos sirven para el año que viene, ni hablemos de la década próxima”, dijo en su introducción el escritor Daniel Molina sobre la realidad que se viene.

“Mucha gente dice, pero los Supersónicos en los ´60 (por el comic de tv) andaban en autitos voladores, y eso todavía no llegó. Si, pero llegaron otras cosas que son mucho más que un autito volador, porque ejemplo internet, porque casi todo lo que nuevo no estaba previsto antes, cuando se hablaba de futuro”, indicó.

Molina habló de la incorporación de la tecnología y de los cambios repentinos en la estructura laboral de una sociedad. Cambios que ya vivimos desde hace tiempo, pero que ahora serán con ritmos más vertiginosos.

El pensador comentó la salida del primer camión de Google, que recorrió 1.500 km en los Estados Unidos, sin conductor y bajo el exclusivo manejo de un robot, sin tener percances ni accidentes. Además adelantó que en ese país se prevé en 5 o 10 años el transporte público será robotizado, y se reemplazará el trabajo de uno 25 millones de choferes. Lo mismo sucederá en el terreno de la construcción cuando salga del terreno experimental las edificaciones a partir de impresiones en 3D. Allí serán cientos los millones de empleos que se perderán en esa actividad.

Según Molina, en el Ministerio de Trabajo de EEUU tiene censadas 702 profesiones, de las cuales 500 posiblemente no existirán más dentro de 10 años, en 2025.

“Como dice la OIT, los trabajos de los que vivirán sus hijos todavía no fueron imaginados”, enfatizó Molina, y puso el acento en la tarea que debe realizar la sociedad a nivel educativo, como plataforma para lo que será el futuro próximo.

“La educación no está tan mal como creemos pero tenemos que dejar de dar tanto contenido porque todo lo se diga se puede encontrar en Wikipedia donde hay más información que la tiene el maestro. Lo que no tienen los chicos es el modo de utilizar esa información, y cómo aprender a distinguir la buena de la mala información, y elaborar otras”, precisó y apuntó a las escasas horas de clase que brindan nuestras aulas”.

“La educación argentina tiene un problema porque tenemos oficialmente la jornada más corta de América Latina, con 180 horas, y lo peor es que en realidad nunca se llega a ese número. Si bien el modelo chileno no es el mejor a seguir, en horas en el colegio si lo es, porque un chico que termina el primario en Chile tiene casi 2 años más de escuela que un chico argentino. Eso sería bueno que algun candidato lo piense”, reflexionó.

Audio de la entrevista

Jueves 23 de julio de 2015

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