El investigador del Ieral y la Fundación Mediterránea habló del caso Ecuador para el que trabajó desde dicha organización en la dolarización de la economía de ese país, habló de las particularidades de su sociedad y de su economía al tiempo que desaconsejó aplicarla en Argentina. “Se puede tomar como referencia el dólar, sin ir a esos extremos como la dolarización o la convertibilidad”, dijo.
“La dolarización no es una cuestión de principios, porque si estuviéramos discutiendo desde la periferia europea habría razones para inclinar la balanza en una dirección y no en otra. En Ecuador la dolarización salió bien, lleva más de 20 años de vigencia y resistió distintos cambios de gobierno, de distinto signo político e ideológico. Antes de la dolarización había habido una crisis bancaria tremenda, y se habían reprogramado los depósitos y cuando se entró en dolarización los depósitos estaban reprogramados. Además, Ecuador es un país unitario, no es federal. No había posibilidades de que alguna provincia saliera a emitir patacones para boicotear la dolarización. Y el momento fue tremendamente oportuno, y esto nadie lo sabía para un país petrolero como Ecuador, porque el barril estaba US$25 y 10 años después estaba en US$110, y eso generó un ingreso de dólares no previsto”, dijo el economista Jorge Vasconcelos, referente de la Fundación Mediterránea sobre la experiencia de la dolarización en Ecuador, para la que trabajó en su implementación a finales de los ´90.
Sobre los efectos de la dolarización en Ecuador, el experto en finanzas del Ieral consignó que “la inflación se frenó claramente y por ese tiene banca la dolarización, por eso en campañas electorales ningún candidato propone salir de ella. Pero el país crece a un ritmo vegetativo, tampoco ha habido tantas reformas estructurales y las exportaciones de Ecuador está más o menos en US$2.000 por habitante, cuando por ejemplo en Israel está en US$15.000 por habitante, me gusta más ese tipo de modelo”.
Llevado a una eventual aplicación de la dolarización en Argentina como pretende el líder libertario Javier Milei, Vasconcelos remarcó que acá “hay mucha presión inflacionaria, exceso de pesos y escasez de dólares y cuando uno hace una dolarización tiene que rescatar la moneda local con dólares que uno debe tener en reservas, y allí comienzan las dificultades para aplicar esta experiencia al caso argentino. El dólar tendría que estar muy arriba de los $220 que es el tipo de cambio oficial para canjear todos los pesos en circulación. Habría un golpe inflacionario inicial más que importante”.
“Más que una receta técnica, la dolarización es una consigna política porque se la ve como estabilidad, pero la experiencia de Ecuador dice que para llegar a ello requiere de acomodar muchas variables al mismo tiempo y en el caso argentino resolver el tema de muchos pesos y pocos dólares”, insistió.
En Radio 10, subrayó que el dólar “es moneda de referencia en Argentina y cualquier plan de estabilización que se aplique va a tener que tener en cuenta cómo la gente mira el dólar para tomar decisiones, pero no implica ir a una dolarización ni a una convertibilidad. Se puede tomar como referencia el dólar, sin ir a esos extremos”.
