En Intrigas, Alianzas y Traiciones: El detrás de cámara de nuestra democracia, Gustavo Sylvestre repasa momentos cumbres de la vida política del país, que conoció de cerca gracias a su reconocida carrera profesional en el mundo del periodismo y de los medios de comunicación.
Sobre uno de los líderes más importantes de la región, Sylvestre recordó una anécdota risueña sobre la entrevista que le concediera el líder del PT en Brasil, luego de un regreso movido, de sus actividades en la ciudad de Curitiba, en 2002.
Luego de una demora inusitada que había tenido el vuelo del grupo periodístico de Canal 13 que lideraba Sylvestre -con susto incluido-, el periodista llegó al hotel donde se alojaba el dirigente del PT, un poco más tarde que la hora pautada para la nota. Sin embargo Lula no había llegado, y se demoraría algunas horas más..
Así lo cuenta Sylvestre:
“Como a la una de la madrugada, lo vimos llega: con el camarógrafo nos abalanzamos sobre él.
GS: -¡Lula, Lula, lo estábamos esperando! Somos de Argentina y tenemos acordada una nota con usted –le dijimos-
El candidato venía del acto y posterior cena, empapado en transpiración. Se le notaba cierto aliento etílico y se lo veía muy desaliñado..
Lula: -Si es verdad, pero deberán comprender que en este estado no puedo darle una entrevista para el pueblo argentino, que es muy crítico y nada menos que para la televisión. Los espero a las 7 de la mañana y con gusto charlaremos, -nos respondió.
Lula no quería otra cosa que una ducha que lo recuperara y, seguramente, una cama donde descansar. Insistimos para hacerla en el momento, pensando que si no, perderíamos la nota, pero Lula se fue a buscar el ascensor.
A las 7 en punto apareció Lula en el ascensor y nos brindó una entrevista excelente, de casi una hora, donde hablamos de todo.
“Y mi amigo Chacho, ¿Cómo anda?”, preguntó Lula sobre Chacho Álvarez. La Argentina venía de superar su peor crisis institucional en décadas y él estaba muy preocupado por la situación del país”.
