El consultor político analizó la coyuntura política en diálogo con Mañana Sylvestre por Radio 10 y dio su parecer acerca de lo que dejó el último discurso de Javier Milei durante el cierre de campaña en la localidad de Moreno. Además presentó los resultados de una encuesta sobre cómo percibe la sociedad al primer mandatario.
“Me ha parecido patético, me ha parecido que fue el peor de los discursos de Milei. Yo creo que Milei obviamente está derrapando”, sostuvo el consultor Federico González sobre las recientes palabras de Milei en el cierre de campaña del espacio libertario en territorio bonaerense. Y agregó: “Él es un experto en lo que en psicología se llama prospectar, es decir, poner en el otro lo que le pasa a él. Está nervioso porque hay empate técnico, pero yo no veo ningún empate: veo una ganancia muy favorable para la oposición, para el peronismo en la provincia de Buenos Aires”.
El analista reveló que la última encuesta de su consultora muestra un predominio de adjetivos negativos hacia el presidente: “Violento, cruel e insensible, corrupto y ladrón, delirante, vergüenza ajena, loco, alguien que nos puede llevar a la ruina. La primera positiva recién aparece en el puesto nueve, con ‘un gran economista’”.
En relación a Karina Milei, la encuesta también arrojó percepciones mayoritariamente negativas: “Una corrupta y ladrona, una persona oscura, un peligro para el país, cruel e insensible. La primera positiva es ‘un bastón emocional para el presidente’”.
Para González, el problema de Milei no es solo comunicacional sino de liderazgo: “Está preparado para el éxito, para recibir premios y elogios. Pero no está preparado para las difíciles. No tiene tolerancia a la frustración, se pone nervioso, y en vez de racionalidad actúa como un chico que va a armar un berrinche”.
Además, describió el funcionamiento interno del oficialismo como una dinámica sectaria: “Eso del triángulo de hierro con su hermana se parece al group thinking, el pensamiento grupal que en psicología social se traduce como pensamiento de secta. No podés ser disidente porque un disidente es un traidor. Y encima hay un problema de paranoia: de una hormiga hacen un elefante, y a los diez días lo consideran conspirador y lo echan”.
El consultor concluyó con una reflexión cruda: “A mí me da un poco de vergüenza tener un presidente como el que tenemos. Ya es peligroso, no es que se pueda transformar: ya lo es”.