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El diálogo telefónico que abrió la puerta al encuentro entre Cristina y el Papa

Por segunda vez en lo que va del año -la primera fue tras su reasunción del mando luego de la convalecencia postoperatoria–- la Presidenta Cristina Kirchner se comunicó con el Papa Francisco, charla en la que ambos acordaron el encuentro del próximo lunes en el Vaticano.

En la primera comunicación del año, Cristina le agradeció al Papa “sus oraciones por el difícil momento en su salud”, llamado que gratificó al Papa, quien posteriormente lo comentó a algunos argentinos: “Fue muy amable en llamarme y agradecerme las oraciones”.

El miércoles de la semana pasada, la Presidenta volvió a marcar el número del Sumo Pontífice, y esta vez la charla se extendió por algunos minutos. Tras los saludos de rigor y el intercambio de algunos temas, Cristina le comentó al Papa que viajaba a Francia para un encuentro con el Presidente de ese país y que le gustaría visitarlo en el Vaticano con motivo del primer año de su Pontificado.

Fiel a su estilo, el Papa Francisco le dijo: “Espéreme unos minutos Cristina, me fijo en la agenda y ya coordinamos. El lunes 17 al mediodía, con gusto podría ser”.

La Presidenta le respondió que sí, y ambos cerraron el encuentro.

Horas después, ambas cancillerías intercambiaron las cartas de rigor, y el encuentro quedó agendado oficialmente.
Será este el tercer encuentro del Papa argentino con la Presidenta.

El primero fue un año atrás, en ocasión del nombramiento como Papa del entonces Cardenal Jorge Bergoglio, que no sólo sorprendió al pueblo argentino, sino al Gobierno.

Tras el primer impacto, y algunas criticas que recibió, la Presidenta ordenó silenciar las mismas y saludó ese nombramiento.

El almuerzo privado que ambos mantuvieron en esa ocasión en El Vaticano, de casi dos horas, sirvió para espantar todo tipo de fantasmas mutuos, que se habían ido creando por la tirante relación que Néstor Kirchner había mantenido con Bergoglio. Desde entonces la confianza creció entre ellos y se fue consolidando.

En ocasión del Encuentro Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, al que la Presidenta asistió especialmente, el Papa sorprendió a Cristina –que acababa de ser abuela– con el regalo de unos escarpines. Dicen los que la conocen, y que en ese momento compartieron el avión presidencial, que Cristina se quebró por ese gesto del Papa, y que eso la convenció aún más, de estrechar vínculos con el Sumo Pontífice.

Es más, la relación entre la Iglesia y el kirchnerismo pasa por su mejor momento, a punto tal que la Presidenta volverá el próximo 25 de Mayo al tradicional Tedeum de la Catedral Metropolitana, al que nunca asistió desde que asumió la Presidencia, y que había sido dejado de lado por el entonces presidente Néstor Kirchner, por los ‘cruces’ con el entonces Cardenal Primado de la Argentina, Jorge Bergoglio.

Incluso el flamante Cardenal, Monseñor Poli, invitó a la Presidenta al Vaticano, para su reciente nombramiento como tal, delegando Cristina la representación de su gobierno en una nutrida delegación que encabezó el Secretario de Culto, Guillermo Oliveri.

Se sabe que el Papa Francisco sigue muy de cerca la situación argentina y que –con la sola excepción del diputado renovador Sergio Tomás Massa, a quien ya le rebotaron tres pedidos de audiencia en El Vaticano– recibe a todos los sectores dirigenciales de nuestro país, a quienes les ‘baja’ la misma línea; ‘Cuiden a Cristina’, ‘Cuiden la democracia’.

No es que el Papa se haya convertido en ‘cristinista’, sino que interpretó rápidamente que algunos sectores de la oposición argentina pretendían tomarlo como jefe de la oposición en el Vaticano, cosa que jamás aceptaría. Es más, se sabe que recientemente, cuando erróneamente se dio a conocer que el Papa había convocado a una reunión de empresarios, sindicalistas y Gobierno en la Santa Sede para ‘analizar’ la situación argentina, no sólo salió a desmentir tajantemente esa falsa noticia, sino que dijo sentirse ‘mal’ por la utilización de su figura.

Según se desprende la las reciente charlas que el Papa ha mantenido con argentinos notables que lo han visitado en privado, Francisco se muestra preocupado por lo que él también denomina ‘La Patria Grande’ latinoamericana. Ha expresado en privado, y lo hizo público, su deseo de una resolución pacifica del duro enfrentamiento que se da en Venezuela entre oficialistas y opositores, y ha comentado que “eso nunca debería pasar en la Argentina”.

Y especialmente ha dejado para el 2016 su visita a nuestro país, porque no quiere interferir en el proceso político de sucesión presidencial que ya se ha abierto en la Argentina.

Francisco recibirá a Cristina en almuerzo privado, una semana antes de la histórica visita que el Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, realizará al Vaticano. Y diez días antes del encuentro con la Reina de Inglaterra.
Si bien Cristina comparte muchos de los postulados que ha venido enunciando el Papa, el encuentro del próximo lunes bien puede ser tomado como un ‘gesto político’ de Francisco para con la institucionalidad argentina, y un mensaje a todos, que hay que respetar la misma, más allá de las diferencias lógicas de la politica.

 

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