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“El 30% de los habitantes de pueblos fumigados en zonas rurales está muriendo de cáncer”, dijo un médico especialista

MedardoAvilaVazquez
En diálogo con Mañana Sylvestre, el Dr. Medardo Ávila Vázquez, integrante de la organización Paren de Fumigar en su sede de la provincia de Córdoba, detalló el alza de los casos de enfermedades como el cáncer, la leucemia y malformaciones congénitas producto de los efectos de los pesticidas que se echan sobre las poblaciones rurales.

“Se ha logrado en muchísimos pueblos a nivel local, que muchas municipalidades han sacado ordenanzas restringiendo las fumigaciones alrededor de los pueblos, y que prohíben la circulación de los mosquitos (aviones fumigadores) por el interior de los pueblos y que los laven adentro. Inclusive muchos otros han sacado normativas para que se desistan de los centros de acopios de granos que están instalados en el medio de los pueblos, y que se los instale en la periferia. Pero también tenemos situaciones en Alberti, en donde hay inclusive una sentencia de la Suprema Corte de la Provincia de Buenos Aires, que exige que no se fumigue alrededor de 1.000 metros alrededor del pueblo y la intendenta autoriza a los empresarios sojeros a fumigar dentro de esa área, como si ella tuviera además poder, porque la máxima autoridad es la Justicia de la provincia de Buenos Aires. Se suscita una situación de violación a las normas y donde se prioriza los intereses de estos grupos económicos, sobre la salud de la población”, explicó el médico Medardo Ávila Vázquez, de la organización Paren de Fumigar, de Córdoba, quien fue querellante en la causa del pueblo de Ituzaingó, en Corrientes, donde hubo una sentencia condenatoria contra los responsables de fumigaciones que produjeron la aparición de cáncer en los pobladores.

Químicos que matan

Acerca del carácter de los daños que generan en la salud estos productos químicos, el médico detalló que “tienen efectos inmediatos o agudos, que pueden producir la muerte, de hecho todos los años, la época de mayor intensidad es entre septiembre y marzo, y sobre todo entre septiembre y diciembre, porque se hace una fumigación más intensa antes de la siembra de la soja y del maíz transgénico desde los primeros momentos del cultivo. En esa época hay muchas personas sobre todo peones rurales de todo el país, que mueren por la manipulación de esos productos”.

“Después tenemos situaciones muy graves como niños que nacen con malformaciones. Un neonatólogo me dijo anteayer de un paciente recién nacido, y especialmente nos llama la atención que la fecha de la última menstruación, el momento en que estos niños han sido engendrados y en que se produjo la fecundación del óvulo, casi siempre coincide con la época de fumigación. Cuando las mujeres quedan embarazadas entre septiembre y marzo, las posibilidades de que tengan un chico con malformaciones en los pueblos fumigados es 6 veces más frecuente que en el resto del año”, agregó el especialista.

“Esto lo vemos a diario en toda la Argentina, y también está demostrado en estudios poblacionales muy grandes hechos en Estados Unidos, donde ellos también han verificado esta situación. Hay pruebas del laboratorio, ensayos en animales y modelos de cultivos celulares, que muestran cómo por ejemplo el glifosato produce daños en las moléculas de ADN de nuestras células induciendo el cáncer. Lo que vemos en las poblaciones, que las causas de muerte en los pueblos fumigados son principalmente el cáncer, cuando en todo el país la gente muere por problemas cardiovasculares. Del año 2000 en adelante, el 30% de los habitantes de los pueblos fumigados de las zonas rurales de la Argentina, está muriendo de cáncer, tanto en provincia de Buenos Aires como en Santa Fe, como en el Chaco. Hemos podido hacer esos relevamientos revisando los certificados de defunción del registro civil, y realmente nos llama la atención esta situación que no se verifique en otros lugares”, sostuvo.

En cuanto al panorama actual que se vive en el campo, Ávila Vázquez explicó que “siguen utilizando estos agroquímicos intensamente pero con un poco más de cuidado respecto a lo que les han venido asegurando los ingenieros agrónomos que realmente han venido sufriendo un lavado de cerebro por parte de la industria. Porque cuando verificamos los trabajos sobre los cuales se autorizaron estos productos encontramos que son todos trabajos hechos por la misma industria, no hay un trabajo científico independiente, y que ahora están apareciendo y que aseguran que la situación no era como aseguraban estas empresas”.

Audio completo de la entrevista

Jueves 16 de mayo de 2013

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