Silvia Irigaray es la madre de Maximiliano Tasca, víctima de la Masacre de Floresta ocurrida un 29 de diciembre de 2001 cuando un policía mató a quemarropa a 3 jóvenes en una estación de servicio. La carta de la mamá, al cumplirse un nuevo aniversario de su asesinato:
Maxi le pidió a Papa Noel un perrito en diciembre de 1988 (tenía once años). Por supuesto fue escuchado y llegó : «Pompi Tasca» así le puso Maxi a su cachorro cocker dorado y blanco de dos meses. Fueron muy compañeros durante trece años, todos los vecinos de Floresta conocían a Pompi porque llevaba collar con los colores de Boca y un pañuelito en el cuello de All Boys (su amor fanático por éstos dos equipos de fútbol).
Todos los días cuando Maxi llegaba de la facultad lo pasaba a buscar a Pompi para ir a almorzar con su amada abuela Tita. También le gustaba llevarlo a la Parroquia Nuesstra Señora de la Candelaria, previo paseo por la plaza para que no haga pipi en la iglesia.
En diciembre de 2001 cuando aquel «mal policia» mata por la espalda a Maxi, Pompi estaba desorientado, lloraba, no comía, se acurrucaba en la cama de su amo. Necesitaba su olor y yo me sentía más triste aún.
Pasaron siete meses y el 20 de julio «Día del Amigo» Pompi cae del piso ONCE donde vivimos; grité desesperada llamando a Maxi mientras bajaba por el ascensor . ¿Y saben que pasó? Absolutamente nada, su amo y amigo lo sostuvo antes de estrellarse en el piso, seguro habrá pensado: «Mi vieja no soportará otro dolor, tan pronto».
Dos médicos veterinarios inmediatamente hicieron placas no lo podían creer que movía el rabito ¡Y daba besos! Fue la primer señal que Maxi está muy cerca. Salvó a su amigo Pompi que rejuveneció y me acompañó cinco años más.
Silvia Irigaray, mamá de Maximiliano Tasca
Integrante de la Agrupación Madres del Dolor