En medio de una crisis económica que golpea con fuerza a sectores productivos de todo el país, la industria del calzado atraviesa uno de sus peores momentos. Así lo describió Leonardo Hammoud, productor y dueño de la histórica firma Calzados Nazaria, en diálogo con Mañana Sylvestre por Radio 10.
Con 21 años de trayectoria en la marca —y toda una vida en el rubro— Hammoud trazó un panorama alarmante: caída abrupta de ventas, apertura importadora, suba de costos y cierres masivos de fábricas. “Caída de ventas, apertura de exportaciones, aumento de costos, luz, alquileres… todo un poco. Esto está en una situación terminal. Esto no cambia, sinceramente”, advirtió.
El empresario recordó crisis anteriores —incluidas las de los años de convertibilidad y del macrismo— pero aseguró que ninguna se compara con la velocidad y la profundidad del deterioro actual.
“Hemos pasado momentos muy duros… muy duros. Pero esto es peor”, sentenció. Y agregó: “La crisis es más rápida que lo que nosotros podemos hacer. Este año fue algo que nunca… nunca fue algo tan rápido. El cierre de fábricas es impresionante. Y me asusta, sinceramente me asusta”.
De 310 empleados en 2015 a una estructura mínima
Nazaria llegó a tener 310 trabajadores entre 2010 y 2015. Desde entonces, el sector se fue desmoronando.
“En 2016 la cosa empezó a cambiar. El país cambió. Nunca más volvió a ser lo que era antes”, afirmó.
“En 2018 Nazaria se cayó”, recordó, aunque hoy continúan produciendo en menor escala. Pero el panorama de sus colegas es aún más dramático: “Estoy viendo cómo la gente está cerrando sus fábricas, echando operarios, cerrando negocios… no es normal lo que está pasando”.
Importaciones subsidiadas: “Nos mandan a competir contra empresas con apoyo estatal”
Durante la entrevista, Hammoud respondió a los argumentos libertarios que sostienen que abrir las importaciones permite precios más bajos para los consumidores.
“No, qué mentira. Primero que no hay mucho precio. China y Brasil, que son grandes productores de calzado, son subsidiados por el Estado”, explicó.
“Nos mandan a competir con una empresa que ya tiene efectivo estatal. China le da plata a los exportadores, Brasil los impulsa. Nosotros así y todo bajamos lo que podemos, pero lo que no se puede bajar es la caída de ventas”.
El dato más duro: “Hoy estamos vendiendo la mitad del año pasado, que ya era malo”.
Un final a la vista si nada cambia
Consultado sobre cuánto tiempo más puede sostenerse la actividad, Hammoud fue contundente:
“Diciembre siempre es un mes que se labura… pero después viene el desierto. Enero y febrero no se trabaja nada. Y marzo va a arrancar si puede arrancar. Muchos locales van a cerrar”.
Describió un clima de agotamiento generalizado:
“Los comerciantes y fabricantes están cansados. Esta fue la gota que rebalsó el vaso. Podés tener 40 o 50 años en tu empresa, haber resistido el menemismo y el macrismo… pero esto no lo podés resistir”.
“Se están fundiendo. Y tienen que cerrar”, dijo sin rodeos.




