El obispo de Quilmes advirtió sobre la expansión del narcotráfico en los barrios populares y cuestionó la falta de recursos estatales para enfrentar el problema. En diálogo con Mañana Sylvestre, expresó la conmoción por los recientes crímenes vinculados al narco en Florencio Varela y pidió una mayor presencia del Estado.
“En primer lugar, rezamos por Brenda, Morena, por Lara, por sus familias en esta circunstancia tan triste y atroz que ha conmovido al país. Esto es una de las tantas manifestaciones de lo que está ocurriendo con la droga, que cada vez se expande más como una mancha de aceite, cobrando vidas”, señaló el obispo de Quilmes, Carlos Tissera en diálogo con Gustavo Sylvestre.
El obispo remarcó los esfuerzos que realizan desde la Iglesia y las organizaciones sociales, aunque con recursos muy limitados: “Nosotros nos movemos en el campo de la prevención y la asistencia, con muchísima gente voluntaria, pero los recursos que vienen del Estado son escasos. Y mientras tanto, la gente está muy consternada, porque saben a lo que están expuestos muchísimos jóvenes y adolescentes”.
Tissera recordó que la Iglesia viene alertando desde hace décadas sobre el avance de la droga en los barrios y advirtió sobre las nuevas sustancias. “Ya en 1992 Monseñor Novak decía que la droga estaba llegando a los barrios. Hoy vemos drogas que dejan secuelas gravísimas y permanentes, acortando la vida de los jóvenes. Es muy doloroso verlos sin proyectos, desilusionados”, resaltó.
Consultado sobre los índices oficiales que marcan una baja de la pobreza, fue tajante y precisó que «eso no es cierto, pregunten a la gente. Nosotros no nos ocupamos de índices, nos ocupamos de la gente. La falta de trabajo, el dinero que no alcanza, los servicios impagables: esa es la realidad. En los barrios cada vez hay más pobreza”.
El obispo describió cómo el narcotráfico se aprovecha del vacío estatal. “De donde se va el Estado, avanza el narco. El narco oficia de prestamista, de proveedor de ambulancias, de lo que la gente necesita y no puede pagar. Pero eso después se paga muy caro: con los chicos al servicio de esas redes”, refirió.
En ese sentido, reclamó políticas públicas sostenidas y profesionales especializados: “No se trata solo de la presencia policial. Hace falta salud, educación, equipos que acompañen a los grupos que sufren adicciones, psicólogos, profesionales. Esa gente no vive del aire, hay que pagarla. Y hoy, con recursos tan escasos, todo se sostiene gracias al esfuerzo comunitario”.
Por último, Tissera insistió en que el combate al narcotráfico es responsabilidad indelegable del Estado e indicó que «combatir el narcotráfico es deber del Estado. Pero muchas veces uno escucha hablar de millones que van a empresas o a otros sectores, y se olvidan de que estas también son obligaciones del Estado. Porque invertir en esto es invertir en personas”.