El ex gobernador bonaerense y exministro de Agricultura y de Relaciones Exteriores cuestionó duramente la política agropecuaria del gobierno de Javier Milei y denunció que el levantamiento transitorio de retenciones fue “una gran estafa” que benefició a un puñado de grandes exportadoras en perjuicio de miles de productores.
«Esto es una estafa. Es una estafa además a la relación que pretendió tener Milei con el sector agropecuario. Hace dos meses se proclamaba como el primer defensor del campo y ahora directamente les dijo: ‘Me importa un rábano cómo funcionan los tiempos agrícolas’”, señaló en Mañana Sylvestre el ex canciller y ex gobernador bonaerense Felipe Solá sobre la quita de retenciones a las exportaciones agrícolas que beneficiaron a los grandes pool de siembra.
Solá explicó que la decisión de bajar a cero las retenciones fue improvisada y obedeció a la necesidad del gobierno de hacerse de divisas rápidamente. “Lo único que le importó fue cuando tenía el agua al cuello el viernes pasado, que el dólar superaba los 15 y no sabían qué respuesta iba a dar Estados Unidos. Entonces inventaron una medida de cero retenciones hasta el 31 de octubre”, dijo.
El ex ministro sostuvo que la medida favoreció de manera desproporcionada a los grandes exportadores. “Vendieron más o menos dos tercios de grano que ya tenían acumulado y con eso no llegaron a los 7.000 millones de dólares, por lo que tuvieron que salir a comprar un tercio. La legislación está hecha a favor de los exportadores, que pueden anotar ventas sin tener la mercadería en mano”, resaltó.
En ese marco, Solá también apuntó contra la influencia extranjera en la toma de decisiones: “Lo más doloroso y el papelón más grande es que quién decide cuánto ganan los productores argentinos es Scott Besen, el secretario del Tesoro de Estados Unidos. Nunca vi semejante nivel de entrega: envían las órdenes y acá se acatan de inmediato”.
Asimismo, denunció que hubo beneficiados con información privilegiada antes del cierre de la medida. “Algunos tuvieron información de que iban a cerrar y entre las 6 y las 9 de la noche liquidaron 2.800 millones de dólares. Eso es información privilegiada que aprovecharon cuatro, cinco, seis grandes exportadores. Eso debería investigarlo un fiscal”.
Finalmente, subrayó que la maniobra dejó en evidencia una “profunda deslealtad” con los pequeños y medianos productores: “El hombre del interior necesita lealtad, que jueguen limpio. Esto fue una burla enorme, los engañaron con una medida repentina mientras desde los escritorios privilegiados se aprovechaba la ventaja de manera fenomenal”.