El ministro de la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Santa Fe dialogó con Gustavo Sylvestre y cuestionó el alegato realizado por el fiscal Diego Luciani en la causa Vialidad y puso en duda la imparcialidad del ministerio público en relación a acusación contra la vicepresidenta.
En charla con Mañana Sylvestre opinó sobre la causa Vialidad y actualidad de la Justicia argentina el juez de la Corte Suprema de Santa Fe, Daniel Erbetta quen también se desempeña como profesor titular de Derecho Penal en la Universidad Nacional de Rosario. El catedrático fustigó la falta de parcialidad del fiscal Diego Luciani, y sostuvo que «no se puede naturalizar cosas que son inaceptables».
«Los jueces tenemos que asumir estas cosas, no podemos seguir naturalizando cosas que son inaceptables, porque pareciera que todo resulta normal, pero es anormal, está fuera de la norma y la objetividad del fiscal también está comprometida», dijo Erbetta en Radio 10.
Para el magistrado, el juicio por el caso Vialidad está viciado de nulidad desde el inicio y aseguró que no resistirá un simple análisis de parte de tribunales superiores como la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
«Esto es la crónica de un final anunciado. Podrá haber un veredicto de culpabilidad, podrá haber una condena, podrá confirmar la condena la Cámara, Casación o la Corte Suprema pero en la Corte Interamericana de Derechos Humanos este proceso no tiene muchas chances de sobrevivir», deslizó.
Para Erbetta este juicio está cargado de «anomalías, muchas irregularidades que hacen a lo que debe ser un debido proceso y que tienen que ver con un tema central como es el principio de inocencia. Y en segundo lugar, el tema de la imparcialidad del tribunal y en este sentido la Corte Interamericana ha elaborado estándares muy altos, y frente al temor fundado de parcialidad, un juez debe apartarse de la causa por una razón ética».
Además cargó contra el fiscal y uno de los jueces del tribunal que participaron durante la gestión de Macri de encuentros deportivos en la Quinta de Olivos, que atentan contra la debida imparcialidad de los magistrados judiciales.
«Situaciones que han sido acreditadas como hechos fácticos, jugar partidos de fútbol, estar juntos en un equipo, jugar en una quinta y jugar contra un equipo que integran funcionarios de un gobierno que reabrieron esta causa, está muy lejos de hacerle bien al poder judicial en un momento donde 8 o 9 de cada 10 argentinos no cree en la justicia», dijo.
Más adelante, hizo foco en las irregularidades del proceso y puntualizó que «no se puede introducir pruebas por la ventana cuando se le ocurra al fiscal y un tribunal permitirlo y mucho menos prescindir la valoración de otra prueba porque como no me conviene la sacó de la realidad siendo un funcionario que debe respetar la legalidad y la objetividad», a la vez que remarcó que «el imputado tiene derecho a declarar siempre y los juicios orales no son juicios leídos».
«Este proceso sirve para explicar por la negativa y por la vía del absurdo cómo no debe ser un proceso penal y cómo no deben comportarse un fiscal y un tribunal», advirtió Erbetta.
Por último, el magistrado habló del lawfare, y consideró que “es una categoría que existe, donde sectores colonizados del poder judicial con ayuda de medios concentrados llevan adelante prácticas que no son las más deseadas y hasta puede tener visos de delictivas».






