En Intrigas, alianzas y traiciones: El detrás de cámara de la democracia de Ediciones B, el periodista Gustavo Sylvestre abre su archivo de recuerdos, historia y anécdotas de su extensa trayectoria personal, como periodista y analista político siempre en contacto con las primeras figuras de la política argentina e internacional.
En el libro de Ediciones B, Sylvestre comentó el agradable momento que vivió en Uruguay, invitado por José Pepe Mujica, durante su paso por la primera magistratura del país vecino. En una escena bucólica, entre asados y un paseo por un viejo vehículo propiedad del presidente uruguayo, Sylvestre vivió una tarde de encuentros y anécdotas con el particular dirigente del Frente Amplio.
“Entre los presidentes latinoamericanos, debo destacar al Pepe Mujica, que siendo mandatario me recibió en el quincho que le habían construido unos amigos, a metros de su austera chacra en las afueras de Montevideo. Allí viven solo él y su mujer, Lucía.
Recuerdo que ese día llegó al encuentro manejando su viejo Ford T. Según me contaría después, ese solo lo utilizaba en las afueras de Montevideo y para hacer “los mandados” en la zona de chacras en las que habitaba.
Nunca voy a olvidar esa jornada que fue magnífica. Él en persona me sirvió un asado espectacular que había hecho para recibirme y que servía de marco a nuestro encuentro. Aún conservo una botella de vino tinto que me obsequió en ese momento y cuya etiqueta tiene su cara.
Hablamos de política, de historia, de música, y de otras pasiones rioplatenses, pero sobre todo recuerdo una anécdota que me contó: Cuando regresó la democracia en 1985, él fue electo legislador. Eran los tiempos en que venía de vender flores y frutas, tras haber estado preso muchos años, durante la dictadura militar. Él hacía los repartos a bordo de una motoneta y el día de la asunción como legislador llegó al Congreso Nacional en el único medio de transporte que tenía y que utilizaba todos los días. La estacionó en la puerta y le preguntó a un agente si la podría dejar ahí. El policía asombrado preguntó: “¿Se va a quedar mucho tiempo?”. “Todo el tiempo que nos dejen”, le respondió el Pepe, con una de esas salidas políticas que tiene y en clara referencia a los militares que acababan de dejar el poder”.




