A pesar de la reprimenda presidencial, a Carlos Kunkel se lo vio sonreir pícaramente el miércoles la noche y susurrarle a un amigo: sin querer debo haber pegado en la tecla con la fecha de lanzamiento porque si no no me hubiesen respondido así.
A pesar de la reprimenda presidencial, a Carlos Kunkel se lo vio sonreir pícaramente el miércoles la noche y susurrarle a un amigo: sin querer debo haber pegado en la tecla con la fecha de lanzamiento porque si no no me hubiesen respondido así.
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